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Bebés gemelos: Similares pero diferentes

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miércoles, 14 de diciembre de 2011

Alimentación en embarazadas con peso ideal


Régimen para embarazadas en peso ideal

En general, puedes estar en tu peso ideal por dos motivos: o bien porque tienes la suerte por naturaleza de comer todo lo que quieras sin engordar un gramo, o bien porque cuidas tu alimentación.

Si te encuentras en el segundo caso, no hay ninguna razón a priori para que te abandones durante el embarazo. Sigue mostrándote igual de vigilante y adopta el régimen n.° 2 si has aumentado demasiado de peso de una vez.

Regla general: aplícate el régimen básico (p. 58) y añádele:

— 80 g de queso diarios (nada más, debido a las grasas que contiene; haz la prueba siguiente: pon al sol un trozo de gruyere, por ejemplo, vuelve al cabo de una hora o dos y te encontrarás con aceite en lugar de queso);

— una rebanada de pan (con preferencia integral) por comida.

Atención: las 200 calorías suplementarias autorizadas al día no deben provenir de cualquier cosa, sino que han de estar constituidas por proteínas y calcio. 200 calorías de caramelos no le interesan ni a tus caderas ni al niño que estás gestando.

lunes, 12 de diciembre de 2011

La Piel en el segundo trimestre de embarazo


Aunque tengas una tez resplandeciente, luminosa, no descuides el cuidado de la cara. En este momento, la piel presenta una tendencia mayor que nunca a deshidratarse. De hecho, no hace más que reflejar lo que ocurre en el interior de tu cuerpo. Si te sientes en plena forma, tu cutis lo estará también. Pero si no le prestas atención, tal vez te encuentres un buen día con el cutis completamente deshidratado y reseco.

Desmaquíllate cuidadosamente todas las noches con una buena leche de belleza. A continuación, con ayuda de un algodón, pásate una loción tónica sin alcohol por toda la cara. Algunos especialistas recomiendan darse después un masaje suave a la cara con una buena crema alimenticia y conservarla durante toda la noche. (Cuidado con el contorno de los ojos)

La piel es particulamente frágil en este punto, y la crema puede provocar hinchazones anormales.) Otros dicen que hay que dejar que la piel respire durante toda la noche y que, de todas maneras, no se debe mantener una crema nutritiva sobre la cara más de veinte minutos, ya que su acción se anula después de ese lapso de tiempo. Si eliges esta segunda fórmula, aplícate, por ejemplo, la crema antes del desayuno y el baño (o la ducha) y retira después lo que no haya sido absorbido con un pañuelo de papel.

De todos modos, la crema nutritiva no reemplaza la base hidratante y protectora que llevarás durante el día, bajo el maquillaje si tienes la costumbre de maquillarte.

Atención: por el simple hecho del embarazo, puedes sufrir una alergia a una crema que habías estado usando hasta ahora. En ese caso, cambia de crema y elige productos analérgicos, ya sean de perfumería o de farmacia.

A mí me encanta, por las mañanas, antes de aplicarme la base hidratante, despertar mi cutis enjabonándolo —con un jabón transparente especial— mediante un cepillo muy suave, especialmente ideado para este objeto. Después, me enjuago con una buena cantidad de agua, primero tibia y luego fría. Es estupendo. Se acaba limpia y sonrosada.

Si estás acostumbrada a maquillarte, continúa haciéndolo. Atrae la atención sobre tu rostro. Es lo mejor que tienes durante el embarazo.

Piensa en acudir de vez en cuando a un instituto de belleza, para que te hagan una limpieza a fondo de la piel. Con eso, tu cutis estará más bello todavía.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Peluquería en embarazadas


En general, estará acorde con tu salud y con tu tez: brillante, suave, sedoso. Todos los peluqueros lo dicen: no hay ningún peligro de que se caiga hasta después del parto.

Trátalo bien desde ahora mismo. Uno o dos lavados de cabeza a la semana (no más) con un buen champú, y cepillados regulares con un cepillo suave.

Muéstrate prudente con las permanentes y los tintes. Pueden provocar alergias, e incluso no surtir ningún efecto. Pide consejo al peluquero. Sin duda te someterá a un «toque de ensayo» unos días antes para comprobar cómo reaccionas.

Mi peluquera opina que el embarazo no es un buen momento para emprender grandes —y tal vez irreversibles— cambios capilares. «Desconfíe de sí misma, de sus caprichos repentinos —me dijo—. Casi siempre son momentáneos y se deben al cambio que se está operando en usted. Cuanto más sencillo sea su peinado, más guapa estará.

Espere hasta dar a luz para saber si le sigue apeteciendo transformarse en punk o en bomboncito sexy.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Régimen embarazadas delgadas


Régimen para embarazadas delgadas

Es muy raro ver a una mujer embarazada demasiado delgada, pero sucede a veces.

Si este es tu caso, tendrás que:
Regla general: observar el régimen básico sin saltarte nada de nada. Añade a este régimen en cada comida:
— 5 cucharadas soperas de alimentos feculentos cocidos y salados, a los que pondrás un buen trozo de mantequilla cruda,
— 80 g de queso,
— galletas secas, si te apetecen.

Atención: las galletas suponen un suplemento. No hay que comerlas en lugar de otro alimento que te guste menos. Engordarías, cierto, pero no te alimentarías de modo conveniente.

Ten cuidado en no subalimentarte por coquetería, por no engordar demasiado. La subalimentación es peligrosa para el niño, claro está (peligro de nacimiento prematuro, con un retraso marcado en su crecimiento), pero también para la salud de la madre.
Si no engordas más de 10-12 kilos durante el embarazo, no tendrás ningún problema de peso después del parto, convéncete de eso.
En este momento, tienes una doble responsabilidad, la de tu persona y la de tu hijo. No te prives inútilmente.

Las cantidades de proteínas y de calcio contenidas en estos tres regímenes están perfectamente calculadas. No hagas lo que te venga en gana. Muy pronto sentirías los efectos. Se traducirían, por ejemplo, en un aumento de peso excesivo, que te costaría mucho trabajo dominar.

Y come diciéndote que todo lo que estás tomando es bueno para el niño. Una alimentación sana y equilibrada supone el primer regalo —y no el de menor importancia— que se hace al futuro hijo.

El segundo trimestre del embarazo causa muchos menos problemas determinados directa o indirectamente por la alimentación que el primero.

martes, 6 de diciembre de 2011

Deporte y caminatas en embarazadas


El hecho de que te sientas mejor, en plena posesión de todas tus facultades psíquicas, no significa que te permitas hacerlo todo. Una amiga mía esquió hasta el séptimo mes de embarazo. Siempre se ha vanagloriado de eso y, sin embargo, no había de qué pavonearse. ¿Y si llega a caerse?

Lo mismo que en el primer trimestre, los dos deportes recomendados a la mujer embarazada son la marcha y la natación.


Entiendo por marcha al andar a pie, es decir, ni participar en un maratón, ni dedicarse a mirar los escaparates. Procura caminar tranquilamente durante un cuarto de hora, por la mañana y por la tarde. Trata de encontrar un lugar en que puedas oxigenarte al máximo y no respirar el humo que sale de los tubos de escape.

Ten cuidado. Cuando emprendas una marcha, has de pensar siempre en el regreso. No presumas de tus fuerzas. Me acuerdo de que, durante mi segundo embarazo, salí sola a dar un gran paseo, tan fatigoso que creí que nunca conseguiría volver. No se veía un taxi libre, los autobuses iban atestados...Hubiese llorado de agotamiento.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Luz verde en el Segundo Trimestre


¿Baños o duchas?
Como ya he dicho, no hay ninguna prohibición relativa a los baños o las duchas en este estadio del embarazo, sino al contrario. Tal vez experimentes la necesidad de refrescarte más a menudo, ya que la transpiración aumenta notablemente.

Prefiere la ducha al baño; es más tónica. Pero en contra de un bulo muy extendido, si deseas relajarte o si no consigues dormirte, no vaciles en darte un buen baño, ni demasiado caliente, ni demasiado frío, ni demasiado largo. Lo ideal es de cinco a diez minutos a 38 °.


El sueño
Durante este primer trimestre, te entrará sin duda con frecuencia un sueño irresistible. Sólo hay un remedio: duerme, duerme, duerme... No resistas al sueño.

Todo vuelve a la normalidad en el segundo trimestre. Acuéstate temprano. Pasa la noche tranquila y relajada, durmiendo por lo menos ocho horas. Si te es posible, echa la siesta después de comer. Ese reposo a mitad de la jornada resulta irreemplazable para evitar el cansancio y favorecer la digestión y la circulación.

La moda prenatal
No te plantea ningún problema. Teóricamente, no habrás engordado un gramo durante los tres primeros meses. Sigue llevando la misma ropa que antes.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Consejos en Yoga para embarazadas


La serie de ejercicios que vamos a indicarte está destinada a procurarte nueve cosas esenciales:

- Toma de conciencia y mayor control de tu cuerpo.

- Buena respiración y aumento del volumen torácico.

- Mantenimiento de los músculos pectorales.

- Mantenimiento de los músculos del perineo y de su región.

- Flexibilización de la pelvis.

- Alivio de los posibles dolores en la espalda.

- Evitar el estreñimiento.

- Concentración.

- Descanso y relajación.

No olvides que, a partir del segundo trimestre, la respiración comienza a acelerarse. El corazón latirá con mayor rapidez al menor esfuerzo. Su cadencia debe aumentar para hacer circular una masa sanguínea mayor. No sobrepases tus posibilidades.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

La Silueta del Segundo Trimestre


Sí, tu silueta es hermosa durante el segundo trimestre del embarazo. Tu pecho se ha ensanchado, tu pequeño vientre aumenta ligera y graciosamente de volumen y te mantienes muy erguida. En resumen, llevas bien el embarazo. No aproveches para abandonarte por completo, ya que esta forma física óptima no durará mucho tiempo.

Si desde el punto de vista psíquico, hay que saber vivir plenamente durante el embarazo el momento presente, desde el punto de vista físico hay que pensar siempre en el futuro, en el después.

Ten en cuenta que el después te planteará muchos más problemas si no te ocupas de él antes. No te dejes desbordar por completo por tu físico, diciéndote: «Por ahora, quiero vivir tranquila. Ya se verá más tarde. Siempre habrá tiempo, después del parto, de solucionar los problemas».

En primer lugar, después del parto, la mujer está con frecuencia muy ocupada con sus nuevas tareas y un poco desmoralizada (lo que los anglosajones llaman el baby-blues). Si a esto se añaden problemas del tipo: «No quepo en mis vestidos, estoy demasiado gruesa; tengo la tripa como la de una mujer embarazada de seis meses, los pechos caídos, completamente flojos, los muslos blandos...», la depresión es inevitable.

Además, merece la pena cuidarse. Los pequeños ejercicios que te recomendamos practicar durante el embarazo no son duros y, cosa nada despreciable, facilitan el parto y ayudan a recuperar tu silueta muy rápidamente, cosa que causa una gran satisfacción.

Por el contrario, si no has hecho nada durante estos nueve meses, tendrás que reparar los daños después. Y en la mayoría de los casos, la cosa no resulta nada fácil.

Muchas de mis jóvenes amigas necesitaron un año para parecerse de nuevo a las mujeres que eran antes de quedar embarazadas. Cuando así ocurre, más vale no tener embarazos muy próximos. Eso era lo que sucedía aún no hace mucho tiempo. Las mujeres no salían nunca indemnes de esta experiencia. Se sometían con todo su físico, en primer lugar al embarazo, después a su condición de madres.

Se convertían en mujeres sin forma y sin edad. Habían vuelto una página de su vida para siempre.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Estrías y Embarazo


Las estrías

En ellas consiste la angustia de esta fase del embarazo. En la mayor parte de los casos, esas pequeñas estrías hacen su poco agradable aparición hacia el quinto mes, en el vientre, las caderas, la parte superior de los muslos, a veces incluso en los senos. Presentan primero un color rosa violáceo y, después del parto, se vuelven poco a poco de un blanco nacarado. Son indelebles.

¿Qué hacer para evitarlas? Nada, en principio. Es triste decirlo, pero, dado el estado actual de las investigaciones, no existe posibilidad ni de impedirlas, ni de suprimirlas. Se deben a una rotura irreversible de la fibra elástica de la piel. Todo depende de la calidad de la piel desde el principio, y en cuanto a eso...

De todas formas, se ha comprobado que, además de aparecer en la mujer embarazada, se dan también en ciertas personas —hombres o mujeres, indistintamente— que pasan por variaciones de peso espectaculares.

No te hagas demasiadas preguntas, ya que no poseemos las respuestas. Se ha comprobado simplemente que, evitando un aumento de peso excesivo y prestando algunos cuidados a la piel, se obtienen los mejores resultados posibles en la prevención de las veteaduras.

Eso no quiere decir que la cosa funcione siempre. Yo no tengo ni una sola después de tres embarazos. Pero nunca sabré si es una consecuencia directa de la calidad de mi piel o si se debe a ciertas precauciones que tomé y que voy a indicarte.

- No engordes demasiado, no más de 10-12 kilos en total. Sigue concienzudamente el régimen alimenticio. Comerás de manera útil y aumentarás de peso de manera regular, sin fabricar grasa.

- Prefiere la ducha al baño y practica el sistema de la ducha escocesa. Ese masaje con agua, primero tibia y luego fría, favorece la circulación de la sangre y la mejora en un grado considerable.

- Si dispones de medios para ello, haz que un buen kinesitera-peuta te de masajes dos veces por semana. Así tendrás la piel mejor irrigada.

- Después de la ducha, ponte una capa de una buena crema o de aceite de almendras dulces (o de germen de trigo) en todas las partes del cuerpo en que pueden aparecer veteaduras. Hazla penetrar bien, efectuando movimientos circulares con la palma de la mano.

Espero que todas estas precauciones no serán inútiles y que tus esfuerzos se vean coronados por el éxito. En todo caso, vale la pena probar, aunque el resultado no esté garantizado.

sábado, 26 de noviembre de 2011

Embarazo - aspectos a tener en cuenta


El trabajo casero
No cambies en nada tus costumbres si no sientes la necesidad de hacerlo. Simplemente, mantente atenta a tu cuerpo y así te darás siempre cuenta por ti misma de sus límites.

Un consejo: no te canses demasiado, aun en el caso de que, como le ocurre a la mayoría de las mujeres, se apodere de ti unas ganas irresistibles de arreglar y organizar tu casa con vistas a la llegada del pequeño. No hagas esfuerzos. No lleves paquetes demasiado pesados. Pide ayuda.

Si estás obligada a mudarte de casa, cosa que sucede con frecuencia, procura, si te es posible, hacerlo durante el segundo trimestre del embarazo.

La actividad profesional
No olvides de decirte: «Estoy embarazada, pero no paralítica».

Las mujeres de las sociedades primitivas trabajan hasta el final del embarazo. No te lo aconsejo. De todos modos, te verás forzada a tomar en consideración los límites que has de imponer a tus actividades.