El trabajo casero
No cambies en nada tus costumbres si no sientes la necesidad de hacerlo. Simplemente, mantente atenta a tu cuerpo y así te darás siempre cuenta por ti misma de sus límites.
Un consejo: no te canses demasiado, aun en el caso de que, como le ocurre a la mayoría de las mujeres, se apodere de ti unas ganas irresistibles de arreglar y organizar tu casa con vistas a la llegada del pequeño. No hagas esfuerzos. No lleves paquetes demasiado pesados. Pide ayuda.
Si estás obligada a mudarte de casa, cosa que sucede con frecuencia, procura, si te es posible, hacerlo durante el segundo trimestre del embarazo.
La actividad profesional
No olvides de decirte: «Estoy embarazada, pero no paralítica».
Las mujeres de las sociedades primitivas trabajan hasta el final del embarazo. No te lo aconsejo. De todos modos, te verás forzada a tomar en consideración los límites que has de imponer a tus actividades.
No cambies en nada tus costumbres si no sientes la necesidad de hacerlo. Simplemente, mantente atenta a tu cuerpo y así te darás siempre cuenta por ti misma de sus límites.
Un consejo: no te canses demasiado, aun en el caso de que, como le ocurre a la mayoría de las mujeres, se apodere de ti unas ganas irresistibles de arreglar y organizar tu casa con vistas a la llegada del pequeño. No hagas esfuerzos. No lleves paquetes demasiado pesados. Pide ayuda.
Si estás obligada a mudarte de casa, cosa que sucede con frecuencia, procura, si te es posible, hacerlo durante el segundo trimestre del embarazo.
La actividad profesional
No olvides de decirte: «Estoy embarazada, pero no paralítica».
Las mujeres de las sociedades primitivas trabajan hasta el final del embarazo. No te lo aconsejo. De todos modos, te verás forzada a tomar en consideración los límites que has de imponer a tus actividades.
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