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lunes, 7 de febrero de 2011

Alimentación en Embarazadas - proteínas, grasas y más!


El tema de la alimentación de la futura madre ha sido —y seguirá siendo— objeto de acaloradas discusiones entre médicos y pacientes, y aún más entre madres e hijas.

Pocos, capítulos han provocado tanta controversia como el relativo al régimen de la mujer encinta, y pocos autores se han privado de llenar páginas para tratar una cuestión en definitiva tan sencilla. No hay necesidad de complicadas tablas ni cálculos elaborados; basta con un pocote seltido común.

Con tal de que sea variada, la alimentación cotidiana normal aporta a la futura madre, en cantidad suficiente, todos los elementos que precisa, sin necesidad de correr tras las vitaminas o las proteínas. El problema radica en limitar el alimento, y no en aumentarlo. Hay que rechazar de modo definitivo el célebre dicho «comer por dos», demasiado a menudo confundido con «comer como dos».

El embarazo supone, en efecto, un aumento del apetito, sobre todo en el curso de los últimos meses, y con frecuencia lleva a la futura madre a ingerir una excesiva cantidad de alimentos.
En su obra Guide pratique de diététique, el profesor C. Sureau escribe: «El régimen ideal de una mujer encinta sana difiere poco del de una mujer de edad y actividad similares no embarazada».

Las necesidades energéticas de una mujer no encinta son de 2.200 calorías por día, aproximadamente. En la embarazada, dichas necesidades se mantienen a un nivel equivalente durante el primer trimestre del embarazo, pasan a 2.400 calorías en el segundo trimestre y alcanzan 2.600 calorías en el tercero. Es decir, supone un incremento de tan sólo un 20 %.

Existen tres categorías de alimentos:

1. Las proteínas: carne, huevos, pescado.

2. Las grasas: mantequilla, aceite, alimentos grasos.

3. Los hidratos de carbono: azúcar, mermelada, miel, pasteles, pastas, legumbres, frutos secos, etcétera.

domingo, 6 de febrero de 2011

Ropa de Embarazadas - Aspectos generales de la vestimenta


En la actualidad, los establecimientos especializados disponen de una gran variedad de prendas para la futura madre, que resultan favorecedoras y bien adaptadas a todos tus problemas.

Las prendas deben ser confortables, prácticas, amplias, lo bastante cálidas o ligeras, según la estación. No deben constreñir el vientre, la parte alta de los muslos o la pantorrilla (cuidado con las varices).

Así pues, no utilices medias con ligas elásticas o bragas demasiado ceñidas a la cintura; usa leotardos (hay modelos especiales para mujeres encinta, muy bien estudiados).

Por supuesto, debes adaptar la ropa a la evolución del embarazo, y evitar las prendas «próximas al cuerpo» a partir del quinto mes. En ese momento, rechaza los suéteres ajustados, fajas, pantalones y las faldas ceñidas a la cintura, que subrayan y exageran tu vientre.

La faja de embarazo
Como la mayoría de los médicos, soy contrario al uso de la faja, vestigio de un pasado lejano en el que la mujer sufría su embarazo de modo pasivo. El mantenimiento del útero debe quedar asegurado por los músculos de la pared abdominal, que fortalecerás con 10 minutos de gimnasia por la mañana y otros 10 por la noche (ejercicios para los músculos abdominales).

La faja de embarazo no hace sino debilitar esos músculos; siguiendo el ejemplo clásico, tiene el mismo efecto sobre el vientre que el enyesado sobre la pierna: la atrofia de los músculos.

Así pues, nada de faja; debe ser reemplazada por la gimnasia cotidiana. No obstante, en ciertos casos la faja puede ser útil: cuando la pared abdominal esté demasiado distendida a causa de varios embarazos, la faja impedirá que el útero se descuelgue hacia delante; si el peso del útero es considerable, por contener gemelos o demasiado líquido amniótico, la faja será un buen auxiliar de la pared abdominal; asimismo, cuando una espalda demasiado arqueada —arqueamiento exagerado por el embarazo— proyecta el vientre demasiado hacia delante, tendiendo a exagerar la curva de la espalda, la faja restablece un mejor equilibrio mecánico entre el peso del útero y el arqueamiento de la columna vertebral.

Sin embargo, en todos estos casos hay que seguir el consejo del médico.

El sujetador de embarazo
Es indispensable. Hallarás numerosos modelos, adaptados a tu constitución, en las tiendas especializadas.

El calzado
Debe asegurar un apoyo estable, y evitar que la columna vertebral se combe en exceso. Usa los zapatos que tengas por costumbre, si bien no son recomendables los de tacones altos y finos, inestables y causantes de dolores inútiles, ni las suelas planas, que fatigan la bóveda plantar.

sábado, 5 de febrero de 2011

Calambres embarazo


Es decir: ustedes mismas van a asegurar el aporte de oxígeno que el organismo necesita para su trabajo. ¿Qué pasa cuando un músculo trabaja en un medio pobre de oxígeno? En general trabaja mal: sufre. Y este sufrimiento se traduce por dolor. El mejor ejemplo de esto lo tenemos en los calambres musculares de la pantorrilla que les aqueja a muchas de ustedes, sobre todo en los últimos meses del embarazo. ¿Qué es un calambre? ¿Por qué tienen a menudo calambres las embarazadas? El calambre no es más que la contracción permanente de un músculo cansado, agotado, por haber sido sometido a un trabajo permanente. La embarazada, por la presencia del propio embarazo, debe adoptar actitudes especiales de su cuerpo, para poder mantener la posición de equilibrio, estando de pie. Esto hace que los músculos de la pantorrilla estén casi permanentemente contraídos: se cansan, se agotan y entran en contracción permanente: el calambre.

Higiene en el Embarazo - Cuerpo, Cutis y Dientes


El embarazo no es una enfermedad, y la mujer encinta no es una enferma- Sin embargo, deben tomarse ciertas precauciones, a fin de facilitar un embarazo sin problemas y un feliz alumbramiento.

Te bastará seguir unas reglas sencillas que voy a darte y ceñirte a las consignas de tu médico.

Los cuidados corporales son prácticamente los mismos que fuera del embaraí0, si bien exigen ciertas atenciones especiales.

El cuerpo
Puedes tomar, indistintamente, baños o duchas, pero el agua no debe estar fii muy caliente (lo que perjudica la circulación venosa) ni muy fría (ya que podría desencadenar contracciones uterinas, palpitaciones, fenómenos reflejos), como tampoco deben ser demasiado prolongados (no más de 10 minutos).
A continuación puedes aplicarte leche hidratante por todo el cuerpo, pues la cal del agua tiende a estropear la piel.

El cutis
No tienes por qué alterar tus costumbres; sin embargo, debes saber que el embarazo puede alterar de modo transitorio la piel —incluso mejorarla a veces—, y que corres el riesgo de ser más propensa a las reacciones alérgicas. Utiliza tan sólo productos no alérgicos.

Los dientes
Las molestias dentales son sin duda más frecuentes en tu estado, sobre todo las encías sangrantes o el despertar de una antigua caries, sin que la causa sea, forzosamente, un déficit de calcio. Consulta con frecuencia al dentista. Si es preciso, éste se pondrá en contacto con tu médico a fin de realizar los cuidados necesarios y prescribirte lo más adecuado. De todos modos, utiliza durante estos meses un cepillo de dientes muy suave, dada la acrecentada fragilidad de tus encías.

viernes, 4 de febrero de 2011

Embarazo - Respiración


Respiración torácica.

Respiración torácica. Normalmente nosotros realizamos la llamada respiración torácica, es decir, con el pecho. Esta consta de dos tiempos. El primer tiempo, que consiste en la entrada del aire en los pulmones, se llama inspiración. Para realizar la inspiración, los músculos del cuello, los pectorales y los músculos intercostales, se contraen. La caja torácica se ensancha por la elevación de las costillas y el aire entra en los pulmones por la diferencia de presión que se establece.

Los pulmones tienen una pared elástica y entonces se dilatan por la presión del aire. El segundo tiempo, la espiración, consiste en la salida del aire de los pulmones. Basta dejar en reposo los músculos nombrados anteriormente y el aire sale de los pulmones expulsado por la propia elasticidad de éstos, salvo una pequeña cantidad, llamada aire residual, que para expulsarlo debemos hacer un esfuerzo. Podríamos comparar los movimientos respiratorios a lo que pasa con una pelota de fútbol: cuando se infla, el aire entra a presión y distiende la goma. Para que salga ese aire basta desatar el "piripicho" de la pelota y el aire sale solo, expulsado por la elasticidad de la goma.

Tercer Trimestre - El más difícil en el Embarazo


Sin duda, los tres últimos meses te parecerán los más largos de todo el embarazo, y el sentimiento de que «esto no se acaba nunca» se agudizará en los últimos días. La espera desde luego es larga, una vez superado el asombro y la fascinación de los primeros meses.

De pronto, te sientes impaciente, ardes en deseos de ver y acariciar a esa criatura que sientes moverse dentro de ti desde hace semanas, semanas que te parecen años.

Sin embargo, debes tener paciencia, incluso aunque el vientre te pese cada vez más y sientas pesadez en las piernas. No hagas caso de esas pequeñas molestias de tu estado que te asaltan cada vez con mayor frecuencia, no te impacientes, pues los tres últimos meses son muy importantes para tu hijo; es el momento de «dar los últimos toques», el momento en que el niño adquiere por completo el alto grado de perfeccionamiento que hace del ser humano el animal más extraordinario del planeta.

El bebé va a dar un perfecto acabado a la fabricación de sus órganos, en particular el cerebro, los pulmones y el hígado. Eso explica por qué un nacimiento prematuro es perjudicial para el niño, y será más perjudicial cuanto más prematuro sea. Si bien a partir de los ocho meses se puede considerar que el niño ha concluido, prácticamente, su «puesta a punto», antes de los ocho meses, por el contrario, pueden surgir ciertas dificultades a causa de la maduración incompleta de los centros respiratorios, el hígado y el cerebro. Así pues, el niño requiere un mínimo indispensable de ocho meses para alcanzar el grado de madurez necesario.

Al mismo tiempo, tu hijo aumentará de talla y peso. Al concluir el séptimo mes de embarazo medirá 35 cm, aproximadamente, y pesará de 2.000 a 2.500 g; al final del octavo mes, las cifras serán 45 cm y de 2.500 a 2.800 gramos. Y en el momento de su nacimiento, la talla del bebé es de 50 cm y pesa entre 3.00 y 3.500 g, como término medio.

Finalmente, manifiesta su presencia moviéndose, de un modo más o menos violento y continuo. Al comienzo del cuarto mes del embarazo, percibes por primera vez su movimiento, con gran estupefacción y alegría. Después lo notas muy claramente varias veces al día, y el niño se manifiesta incluso durante la noche, despertándote.

Sus movimientos pueden producir «protuberancias» sobre tu vientre, en el lugar en que apoya la cabeza o las extremidades, pero dichas protuberancias son siempre localizadas, muy distintas de las contracciones, las cuales provocan un endurecimiento global de la pared uterina. Las contracciones son casi siempre anormales durante el embarazo, y debes consultar al médico si éstas se producen.

Por otra parte, el niño tenderá a calmarse y a moverse más suavemente y con menor frecuencia durante el último mes, lo cual no debe inquietarte. Sin embargo, no sería normal que dejaras de sentir sus movimientos; de ser así, no dudes en avisar al médico de inmediato.

jueves, 3 de febrero de 2011

Feto


Aporte de oxígeno al feto

Piensen que dentro del útero está el feto y la placenta. Durante su vida intrauterina el feto no tiene respiración propia sino que lo hace a través de la placenta: ésta representa el verdadero pulmón del feto. Cada contracción uterina exprime la placenta, como nosotros exprimimos una esponja llena de agua.

En cierta medida esto favorece la circulación de la sangre de la placenta al feto y del feto a la placenta. El feto tiene mecanismos propios que le aseguran el aporte de oxígeno suficiente mientras dura una contracción normal.

Pero si las contracciones son patológicas, es decir, que se hacen muy frecuentes o muy largas, el feto puede sufrir. El tétanos uterino que es muy doloroso para la madre, es a la vez peligroso para el feto. Hay que evitar esta situación. De manera que cuando ustedes perciban una contracción uterina, tendrán desde ahora dos importantes motivos para asociarla inmediatamente al aumento del ritmo respiratorio:

1.°) evitar el sufrimiento fetal; 2.°) evitar el sufrimiento muscular, vale decir, el dolor. En una palabra: ustedes van a actuar conscientemente, sabiendo que lo que están haciendo tiene un fin útil, en beneficio de ustedes y del feto.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Respiracion parto


Respiración en el parto
Dijimos que el diafragma estaba por arriba, envolviendo el fondo del útero, mientras que los músculos de la pared del vientre lo rodean por delante y a los lados. Cuando, durante el período expulsivo, ustedes perciban una contracción uterina, que va a traerles aparejado una sensación especial, el deseo de pujar, harán una inspiración profunda, de tipo abdominal.


El diafragma entonces se va a contraer y descendiendo, se va a apoyar sobre el fondo del útero, empujando hacia abajo. Es como si ustedes cuando quieren sacar un objeto contenido en una bolsa, para vaciarla más pronto, apretarán el fondo de la bolsa que está con la boca hacía abajo. En este momento, bajo la acción de la fuerza ejercida desde arriba por el diafragma, los músculos de la pared del vientre se levantan como un elástico.

Entonces ustedes retienen el aire en los pulmones, es decir, mantienen al diafragma bien apoyado sobre el útero y en un segundo tiempo, hacen contraer los músculos de la pared del vientre, sin echar el aire de los pulmones. La presión que desarrollan estos músculos, por delante y a los lados del útero, está anulada hacia arriba por la contracción del diafragma y hacia atrás por la presencia de la columna. Esto se traduce, de acuerdo a un principio de física, en una fuerza que actúa también hacia abajo.

En una palabra: ustedes suman a la fuerza de la contracción uterina, la fuerza del diafragma y de los músculos abdominales. Van así a realizar un trabajo, a veces muy intenso. No deben confundir "parto sin dolor" con "parto sin esfuerzo". Hay que hacer fuerza y mucha fuerza. Pero hay una gran diferencia entre la forma que trabajaban antes las señoras y la forma en que van a trabajar ustedes ahora.

martes, 1 de febrero de 2011

Embarazo peso


El peso extra durante el embarazo
Durante este período que les falta para el parto, ustedes van a practicar diariamente los ejercicios de respiración abdominal. Ello les permitirá aprender a manejar el diafragma y los músculos del vientre, a la vez de tonificarlos. Pero la repetición de estos ejercicios les
reportará grandes beneficios.


El desarrollo del embarazo provoca importantes modificaciones: en el vientre se desarrolla una enorme masa cuyo peso oscila alrededor de los 7 kilos: 3 1/2 kilos del feto; 1 1/2 kilos de líquido amniótico; 1 kilo de útero; 1/2 kilo de placenta.

lunes, 31 de enero de 2011

Despues del Parto


Mujer preparada para el parto

¿En qué condiciones se halla después del parto la mujer preparada?

Perfectamente bien: conserva todas sus energías, se repone rápidamente, hecho muy importante porque ahora se iniciará otra etapa que exigirá a la madre nuevos esfuerzos. Al parto sigue la lactancia y un mejor estado físico de la madre repercute sobre la secreción de la leche.