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martes, 3 de enero de 2012

Viajes en embarazadas


Los viajes en el embarazo

Como ya dije en el capítulo dedicado al primer trimestre, hay dos meses durante el embarazo particularmente peligrosos para emprender un viaje:

— de una parte, el segundo mes, debido al riesgo de aborto espontáneo;

— de otra parte, el sexto mes.

Una mujer embarazada de cinco meses completos y, por lo tanto, en el máximo de su forma, comprende mal en principio por qué el médico le prohibe todo viaje durante ese mes.

En realidad, hay una razón muy sencilla. En ese estadio del embarazo, los riesgos que corre "el feto en caso de parto prematuro son todavía mayores. El doctor Rene Guglielmina, ginecólogo-tocólogo, dice: «Un niño nacido durante el sexto mes del embarazo es casi viable, cosa que no ocurre antes. Pero si bien puede salvarse, hay que saber que, por regla general, quedan secuelas».

Así que ten un poco de buen sentido y no juegues con el fuego. Si no te queda más remedio que efectuar un viaje, soluciona las cosas para hacerlo durante el quinto mes.

Y si tu embarazo está considerado como «peligroso» o «problemático», no viajes.

De manera general, no dudes en consultar a tu médico antes de emprender un desplazamiento de importancia, cualquiera que sea el momento de tu embarazo.

domingo, 1 de enero de 2012

La salud mental en el embarazo


Desde el punto de vista psicológico, al empezar el segundo trimestre se aborda la fase más tranquila, la más equilibrada del embarazo, en la que nos sentimos más seguras.

En primer lugar, ya estás prácticamente libre de los riesgos de ¡iborto del primer trimestre y todavía no te angustia la idea de un parto prematuro, ni la del parto propiamente dicho.

Y además, ahora sí que sientes vivir a tu hijo en tu interior. Ahí está, existe, muy presente de día y de noche. Los primeros movimientos del feto representan un acontecimiento capital para la futura madre. Dan testimonio a la vez del embarazo y del niño. Gracias a los movimientos, el bebé existe para ti, tiene un cuerpo, se comunica contigo. Desde ese momento, se inicia el diálogo entre la madre y el hijo.

Con frecuencia, en esta época, la mujer se repliega sobre sí misma, sobre el pequeño ser que va a monopolizar toda su atención. Así quedan los dos encerrados en el interior de una burbuja mágica. Las señales que llegan del lejano mundo exterior parecen amortiguadas por una pantalla de algodón. La mente se vuelve sin cesar al fondo de ese vientre en que se mueve el hijo. La mujer está como «poseída», en plena introversión. La familia, la profesión, la casa, los amigos... Todo pierde interés a favor de un retorno a sí misma.

Ciertas mujeres padecen una «regresión». Al volverse hacia su hijo, se vuelven hacia sí mismas. La primera infancia vuelve de manera natural a la superficie, a bocanadas. Es cómodo y tranquilizador. Se acaban las angustias. Pero la regresión implica una dependencia, una necesidad de protección. La mujer busca apoyo en su marido, en el ginecólogo, que harán las veces de protector, de padre.

El trastorno físico y psíquico vivido por la mujer durante el segundo trimestre del embarazo provoca a la vez una introversión y una regresión, que sirven de muletas para ayudarnos a soportar esta verdadera muda.

En este estadio del embarazo, la mujer embarazada no puede ya querer a su hijo, puesto que no existe todavía. El amor que cree sentir por él no es más que una forma particular del amor de sí misma.

En todo caso, vive plenamente el segundo trimestre de tu embarazo. Se trata de un período de regocijo, de satisfacción profunda para la futura madre. Esta anticipación maravillosa de las alegrías de la maternidad no se compara con nada. Algunas mujeres encuentran incluso tan agradable el hecho de estar embarazadas que, tan pronto como dan a luz a su hijo, empiezan ya a pensar en concebir otro.

En cuanto a mí, el embarazo no me parece atractivo hasta ese punto. Pero hay que confesar que el segundo trimestre supone un período feliz, lleno de satisfacciones. Unase siente serena, atrayente, radiante, con la tez clara. Por lo demás, muchos hombres piensan, que una mujer nunca es tan seductora como cuando vive su embarazo de manera dichosa.

viernes, 30 de diciembre de 2011

Yoga en el tercer trimestre de embarazo


Continúa haciendo con regularidad los mismos ejercicios de gimnasia suave que te recomendamos en el segundo trimestre y que a estas alturas debes conocer ya de memoria.

La sesión está calculada para que se adapte a los últimos seis meses del embarazo. El vientre no te molestará, y esos movimientos, que tienden, extienden y flexi-bilizan tu cuerpo, te enseñarán también, de manera inconsciente, la relajación y la manera correcta de respirar, preparándote, en las mejores condiciones, para vivir el parto ya cercano.

Cuidado con no forzar. Si un ejercicio te cansa o te parece demasiado difícil, no insistas. Ya lo intentarás unos días más tarde. De momento, pasa al siguiente. Por otra parte, las cifras que doy en cuanto al número de veces que se ha de repetir cada ejercicio no tienen más que un valor indicativo. Si estás demasiado cansada, detente antes de terminar la serie. Tú sola puedes juzgar lo que te ocurre. Permanece siempre atenta a tu cuerpo, que será tu mejor guía.

Importa saber que la sesión representa un todo homogéneo y equilibrado. Existe una relación lógica entre los diversos ejercicios.

Si uno de ellos fatiga un poco, allí está el segundo para procurar el descanso y la relajación. Si uno pone en movimiento ciertos músculos y ciertas partes del cuerpo, el siguiente moviliza los que no trabajaron en el anterior. Por ese motivo, más vale ejecutar toda la sesión al propio ritmo, en vez de forzar al principio y detenerse a medio camino.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

La Silueta del tercer trimestre


Esta vez, ya no puedes ocultarlo. No cabe duda de que estás encinta. Ahí está tu silueta para demostrarlo. En este estado del embarazo, la modificación no se reduce a un cambio de volumen del vientre, sino que se extiende a toda la apariencia física.

El tamaño de los senos se ha estabilizado desde el comienzo del segundo trimestre y, si pones mucho cuidado en no aumentar demasiado de peso, no hay ninguna razón para que la cara, la espalda, los brazos, los muslos y las piernas cambien de tamaño o de volumen. Todo lo más, advertirás una ligera pérdida de musculatura, que será menos importante si has practicado regularmente la natación y/o la gimnasia suave.

Al iniciarse el tercer trimestre, el fondo del útero se encuentra muy por encima del nivel del ombligo y, en el noveno mes, alcanza la punta del esternón. Ciertos órganos empiezan a manifestar síntomas de compresión. El espacio ocupado por la vejiga se reduce, lo que provoca frecuentes ganas de orinar.

La parte inferior de los intestinos tiende a llenarse de manera insuficiente y se observa con frecuencia un estreñimiento debido a la presión sufrida. La capacidad de expansión de los pulmones de la futura madre disminuye, por lo que puede sentirse oprimida, tener palpitaciones. También el estómago está comprimido. En esta fase del embarazo, se alcanza el máximo de volumen aparente.

Durante estos últimos meses, el útero se prepara ya para la expulsión. Toma la forma de una pera vuelta hacia abajo. Se desarrolla pues, en la parte superior del vientre femenino, al cual da perfiles diferentes, ya sea con el vientre apuntando hacia adelante, ya sea redondeado desde una cadera a la otra. Según la tradición popular, la forma del vientre varía de acuerdo con el sexo del niño que va a nacer: chico si la tripa apunta hacia adelante, chica en el caso contrario. Puedo asegurarte que no hay la menor verdad en eso.

En realidad, el perfil de una mujer al final del embarazo varía con el peso del niño, el volumen del líquido amniótico y el estado de su pared abdominal.

Durante el tercer trimestre, no es raro sentir contracciones. Las fibras musculares del útero se endurecen como lo harán en el momento del parto, con la sola diferencia de que las contracciones son en este momento espaciadas, irregulares y casi siempre indoloras.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Los senos en el tercer trimestre de embarazo


Los senos se mantienen en su volumen máximo. Los vasos sanguíneos que los irrigan suelen transparentarse mucho bajo la piel tensa. Los pezones están ya dispuestos para la lactancia y segregan de vez en cuando un poco de calostro, el líquido amarillento al que ya me he referido.

Ciertos médicos recomiendan incluso apretar sistemáticamente los senos, con objeto de que el calostro abra los canales galactóforos, favoreciendo así el mecanismo de la lactación.

En realidad, se trata de un ensayo de la verdadera subida de la leche, que no tendrá lugar hasta el tercer día después del parto.

Si has decidido amamantar a tu hijo, la única preparación para la lactancia materna consiste en una buena higiene. Evita resecar los pezones hacia el final del embarazo enjabonándolos con exceso.

Dales masaje a diario, en el sentido de las agujas del reloj, con el mismo producto que hayas elegido para el resto del cuerpo: aceite de germen de trigo o de almendras dulces, por ejemplo. También puedes tirar a diario de los pezones, suavemente, a fin de hacerlos sobresalir durante unos minutos.

Todos esos cuidados específicos no son indispensables, pero quizá contribuyan a favorecer una lactancia sin problemas.

sábado, 24 de diciembre de 2011

Parto sin dolor


La mayoría de los médicos recomiendan por regla general a sus pacientes al comienzo del tercer trimestre del embarazo que sigan una serie de clases preparatorias para el parto sin dolor o psicoprofiláctico.

Esas clases, colectivas o individuales, las da una profesora, que suele ser también comadrona. También la Seguridad Social imparte para las mujeres con Cartilla de embarazada unos cursillos de preparación prenatal, totalmente gratuitos.

Tienen por objeto procurar a la mujer embarazada:

- En primer lugar, una preparación intelectual: cursillo de información sobre la fisiología del embarazo y del parto.

- En segundo lugar, una preparación psíquica, con el fin de desvanecer al máximo (en caso necesario) el temor al parto ya próximo.

- Por último, una preparación física, que comprende cuatro tipos de ejercicios:

— musculación;

— flexibilización;

— relajación (para saber relajarse durante las contracciones);

— los distintos tipos de respiración que se han de utilizar durante el parto.

Evidentemente, hay que repetir después esos mismos ejercicios en casa.
El mérito principal de esas clases consiste en infundir confianza a la mujer embarazada.

Cuanto más informada se está, menos miedo se tiene. La mujer empieza entonces a ser capaz de imaginar el parto: los síntomas anunciadores y los tres períodos del trabajo (dilatación, expulsión del niño y expulsión de la placenta). Durante el embarazo, oye contar tantas historias, cada una más edificante que la anterior, que al final ya no sabe distinguir entre lo real y lo falso.

Si la profesora que te da las clases de parto sin dolor es comadrona, sería ideal que estuviese presente durante el parto.

Así te asistiría, te ayudaría a adoptar sin asustarte los diferentes modos de respiración, a relajarte entre las contracciones, a empujar o a contenerte cuando sea necesario. En resumen, y como se dice comúnmente, a no perder la cabeza, lo que significa muchísimo.

Pero quizá has elegido otra manera de dar a luz. Esa discusión no es de mi incumbencia. Debe tener lugar entre el médico y tú. De todas formas, has de saber que existen varios métodos de atenuar, incluso de suprimir totalmente el dolor. Tienes derecho a elegir el que te convenga más, salvo, claro está, si hay imperativos de orden médico que imponen el recurso a otro.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Dolor de espalda en el embarazo


El verdadero problema que se plantea a lo largo de todo el tercer trimestre, directamente vinculado al peso y al volumen del vientre, consiste en la aparición de dolores en la espalda a veces violentos.

Como suele decirse, se tiene dolor de ríñones.

A medida que el vientre aumenta de tamaño, se tiene tendencia a arquearse, a hundir los ríñones, a echar instintivamente los hombros hacia atrás para buscar un nuevo punto de equilibrio, para obligar a ese cuerpo, tan distinto de aquel con el que estamos acostumbradas a vivir, a adoptar una nueva postura.

Por desgracia, la posición que se elige al principio, sin darse cuenta, es muy pocas veces la buena. Al cabo de un momento, la espalda nos llama al orden. Y al sentirnos molestas, cambiamos de postura.

Has de saber que, cuanto más musculadas estén la banda abdominal y la espalda, cuanto más se haya flexibilizado la pequeña musculatura, muy profunda, de la columna vertebral, cuanto más se haya nadado, cuanto más regularmente se hayan practicado los ejercicios de gimnasia suave indicados, más conciencia se tendrá del propio cuerpo y menos molestará la región de las vértebras lumbares. Así se adopta de manera natural una buena postura.

martes, 20 de diciembre de 2011

Consejos de alimentación para embarazadas


- Cena de manera muy ligera.
En muchos casos, en cambio, las cenas resultan demasiado copiosas. No se precisan muchas calorías para dormir. Durante el sueño, se consumen muy pocas. Un exceso de calorías en la cena cuenta doble, y una comida ligera facilita el sueño.

- Come con tranquilidad.
Mucha gente come mal y con apresuramiento a mediodía. Mastica concienzudamente los alimentos (te dará la impresión de comer más) y relájate. Eso favorece la digestión.

- No comas entre horas.
Si tienes mucho apetito, tómate un yogur o cómete una manzana o una zanahoria. Ten cuidado con las chucherías, como una tostada de pan con mantequilla, unas cuantas galletas, ios caramelos, una pastilla de chocolate, etc. Suponen una mina de calorías escondidas. Sin darte cuenta, puedes llegar a doblar tu ración diaria de calorías y engordar dos kilos sin entender por qué. No andes picando entre horas. Hacerlo desajusta el equilibrio alimentario, sobre todo durante el embarazo.

- Cocina con la menor cantidad de grasa posible.
Una cocina demasiado grasa no beneficia al organismo. Aporta calorías superfluas y ocultas, que pueden ser perjudiciales. Aprovecha el hecho de estar embarazada para cambiar de costumbres dietéticas y alimenticias. Haz disfrutar de ellas a toda tu familia. Todo el mundo se sentirá mejor. El embarazo es la ocasión soñada para familiarizarse con la dietética.

- Reduce al máximo el consumo de azúcar.
Como ya he dicho, el azúcar —o los alimentos azucarados— llama al azúcar, con lo que se entra en un círculo vicioso. Cuanto más azúcar se toma, más necesidad se experimenta de él. En la medida de lo posible, suprime el azúcar de tu alimentación.
Mucho cuidado con las bebidas azucaradas, muy ricas en calorías. Todo lo azucarado hace engordar: galletas, chocolate, caramelos, todos los dulces, los helados, los pasteles... Naturalmente, no se trata de prohibir todo eso. Pero si tienes tendencia a engordar, considéralos como tus enemigos y no reemplaces nunca una comida por ellos. El volumen no tiene gran cosa que ver con el aporte calórico. Aprende a elegir tus alimentos con discernimiento. Así podrás preparar tu propio régimen, tomando en cuenta tus gustos y tus costumbres en materia de alimentación.

- Bebe por lo menos litro y medio de agua diarios.
Se pueden pasar algunas semanas sin comer, pero no se puede vivir más de tres días sin beber. Nuestras necesidades cotidianas se elevan a unos dos litros y medio de agua al día. Claro que, los alimentos que tomamos a diario nos proporcionan ya de por sí cerca de un litro de agua.

Para completar este aporte, se necesita litro y medio de bebida al día (una botella grande de agua mineral). En realidad, esta cantidad de líquido se distribuye entre el desayuno (té, café, leche, etc.) hasta la última bebida de la noche, pasando por la que se toma en las comidas y durante el resto del día.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Cuidado de dientes en segundo trimestre de embarazo


Segundo trimestre = segunda visita de comprobación al dentista. El embarazo requiere una vigilancia regular de la dentadura.

Por otra parte, si han empezado a tratarte la boca antes de quedar embarazada, nada te impide continuar. Si fuese necesaria una intervención importante, los únicos que pueden aconsejarte son el dentista y el ginecólogo.

Uno de los pequeños males que más me han hecho sufrir durante mis embarazos, sobre todo en las proximidades del segundo trimestre, es la gingivitis. A priori, parece algo sin importancia, pero en realidad te envenena la vida. Las encías se hinchan, se tensan, sangran por cualquier motivo y a veces duelen muchísimo. Ni pensar en morder una manzana ni en lavarse la boca con un poco de fuerza.

Para colmo, pueden aparecer aftas en la mucosa del interior de la boca. El embarazo causa con frecuencia este género de problemas, clásicos de él. La gingivitis desaparece de modo automático después del parto, y las aftas se alivian localmente mediante un gel prescrito por el médico. A veces ayudan también las gárgaras de agua tibia con un poco de agua oxigenada.

En todos estos casos, utiliza un cepillo de dientes muy suave.

Sabes que estás guapa y te sientes en plena forma. Eso no te autoriza a exagerar. Al contrario, aprovecha este período en que te hallas en estado de gracia para organizar tu vida cotidiana y aligerar poco a poco tus actividades. Mientras estás embarazada, no tienes la misma resistencia que antes. Sé prudente y cuídate a diario, tanto de ti misma como del niño que llevas en tu seno.

viernes, 16 de diciembre de 2011

El busto en el segundo trimestre


No hay ninguna novedad con respecto al busto durante el segundo trimestre. El volumen del pecho se hace estable. No pierdas las buenas costumbres adquiridas durante los tres primeros meses del embarazo.

- Lleva siempre un sostén confortable, bien adaptado al tamaño de tu pecho. Usalo de día y de noche si tienes el pecho demasiado voluminoso. La naturaleza no ha previsto músculos especiales para sostener el pecho durante el embarazo.

- Date masaje y más masaje cada día, en el sentido de las agujas del reloj, con una buena crema o con aceite de almendras dulces (o de germen de trigo). No olvides el pezón.

- Practica la gimnasia suave. La sesión incluye dos ejercicios destinados especialmente a fortalecer los músculos pectorales.

A partir del quinto mes, no te extrañe ver que, si presionas la punta de los senos, salen algunas gotas de un líquido ligeramente opaco y amarillento. Se trata del calostro segregado por las glándulas mamarias. Prepara la llegada de la leche. Cuanto más avance el embarazo, más cantidad saldrá espontáneamente. Lávate a fondo los pezones todos los días durante la ducha o el baño.