El Ritmo de Vida de una Embarazada
La existencia de una mujer encinta debe ser tranquila y regular. El sentido común basta para decidir lo que está permitido y lo que debe evitarse a toda costa.
El trabajo se prosigue normalmente hasta seis semanas antes del parto, momento en que debe comenzar el reposo prenatal.
Ciertos empleos fatigosos, sobre todo los que imponen una prolongada permanencia en pie o el manejo de objetos pesados, precisan a veces una interrupción más temprana por prescripción facultativa, o al menos un cambio de puesto. Debes comunicar al médico cualquier fatiga; él juzgará la conveniencia de que interrumpas antes tu trabajo.
Las vigilias son desaconsejables, al menos cuando son frecuentes. Pueden constituir otro motivo para el cambio de puesto o un arreglo de tu horario de trabajo.
Los trayectos y viajes son asimismo poco recomendables, si bien algunas precauciones mínimas permiten los trayectos cortos —o al menos por etapas—, que facilitan un reposo suficiente, así como los medios de transporte confortables, siendo el avión preferible al tren y al automóvil para los largos trayectos.
Qué duda cabe de que los trayectos largos y penosos en coche o en tren incrementan el riesgo de aborto y de interrupción del embarazo. Por consiguiente, consulta al médico antes de proyectar un desplazamiento lejos de tu domicilio.
La existencia de una mujer encinta debe ser tranquila y regular. El sentido común basta para decidir lo que está permitido y lo que debe evitarse a toda costa.
El trabajo se prosigue normalmente hasta seis semanas antes del parto, momento en que debe comenzar el reposo prenatal.
Ciertos empleos fatigosos, sobre todo los que imponen una prolongada permanencia en pie o el manejo de objetos pesados, precisan a veces una interrupción más temprana por prescripción facultativa, o al menos un cambio de puesto. Debes comunicar al médico cualquier fatiga; él juzgará la conveniencia de que interrumpas antes tu trabajo.
Las vigilias son desaconsejables, al menos cuando son frecuentes. Pueden constituir otro motivo para el cambio de puesto o un arreglo de tu horario de trabajo.
Los trayectos y viajes son asimismo poco recomendables, si bien algunas precauciones mínimas permiten los trayectos cortos —o al menos por etapas—, que facilitan un reposo suficiente, así como los medios de transporte confortables, siendo el avión preferible al tren y al automóvil para los largos trayectos.
Qué duda cabe de que los trayectos largos y penosos en coche o en tren incrementan el riesgo de aborto y de interrupción del embarazo. Por consiguiente, consulta al médico antes de proyectar un desplazamiento lejos de tu domicilio.