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miércoles, 6 de abril de 2011

El Bebé en el Parto


En el momento del parto, al término del embarazo, él bebé mide unos cincuenta centímetros y pesa unos 3.250 gramos. La cabeza del niño constituye su parte más voluminosa; si pasa, el resto sale sin dificultad.

Puede decirse que en el 99 % de los casos el niño presenta primero la cabeza (cabeza hacia abajo) en la pelvis materna, a fin de colocarse y descender. En el 1 % de los casos presenta las nalgas, lo que plantea problemas concretos que no abordaremos aquí.

martes, 5 de abril de 2011

Mujeres Embarazadas - Ejercicios Abdominales


Ejercicios musculares. Músculos abdominales

Me parece superfluo destacar que una buena pared muscular abdominal aumenta por una parte tu comodidad durante el embarazo y, por otra, la calidad de los esfuerzos de expulsión, facilitando esta última.

Elevación de las piernas

- Tendida de espaldas, con los brazos a lo largo del cuerpo.

— Elevar lentamente la pierna derecha hasta la vertical, manteniendo tirantes la rodilla y la punta del pie, e inspirando (inspiración abdominal hinchando el vientre).

— Espirar manteniendo la pierna tensa en la vertical.

— Bajar la pierna muy despacio, practicando una espiración abdominal superficial.

— Realizar el mismo ejercicio con la pierna izquierda, y así sucesivamente.

lunes, 4 de abril de 2011

El Parto - La Pelvis


Me parece indispensable darte algunas nociones simples sobre el desarrollo del parto, a fin de que puedas sacar un provecho real de los métodos preparatorios y cooperar eficazmente en el mismo. Por eso voy a tratar de explicarte a un nivel esquemático lo que pasa durante el parto. Adoptaré un estilo descriptivo, médico y frío, por el que ruego que me excuses, pero lo hago con la finalidad de explicarme mejor.

La salida del niño del vientre materno plantea un problema mecánico: hacer pasar un objeto frágil (el niño) por un embudo rígido (los huesos de la pelvis de la madre).

Ese problema mecánico se resolverá progresivamente a lo largo del parto, condicionado por dos procesos distintos pero simultáneos: la apertura del útero, por una parte, y el descenso del niño, por otra.

Pero antes de examinar las diversas etapas del parto, conviene conocer los elementos que participan en el mismo: la pelvis materna, el niño y el útero o matriz.

La pelvis materna
Es un embudo rígido, formado por los dos huesos iliacos, situados a ambos lados y por delante, y por el sacro y el cóccix, situados detrás. Su orificio de entrada —situado hacia el vientre—, el paso superior, es más ancho (12,5 cm de diámetro) que su orificio de salida —situado hacia la vagina—, el paso inferior (11 cm de diámetro).

La pelvis vista de frente:
— el hueso sacro está dibujado más oscuro;
— los 2 huesos iliacos se reúnen en la parte de delante para formar el pubis

La pelvis vista por detrás:
— el hueso sacro está dibujado más oscuro;
— los 2 huesos iliacos se unen al sacro por detrás.

domingo, 3 de abril de 2011

4 Ejercicios Físicos de Pre-parto


Ejercicio 1
— A gatas, con las rodillas en el suelo, el tronco horizontal.
— Redondear la espalda llevando la cabeza hacia abajo (la espalda muestra su superficie máxima) y espirando a fondo a fin de vaciar por completo los pulmones.
— Arquear la espalda, colocando la cabeza y la barbilla en prolongación con la columna vertebral, al tiempo que se efectúa una inspiración.

Ejercicio 2
— Tendida de espaldas, brazos extendidos a veinte centímetros del cuerpo, piernas extendidas.
— Doblar las piernas en la postura del loto, con las rodillas separadas y planta contra planta.
— Dejar caer las rodillas hacia el suelo, relajándose poco a poco.

Ejercicio 3
— Extensión de la columna vertebral. Este ejercicio debe practicarse con la espalda apoyada contra un plano duro: el suelo si lo haces acostada o la pared si lo haces de pie.
— Mantener los pies juntos; los talones, las nalgas, los hombros y la cabeza bien apoyados sobre el plano duro; los brazos reposando sobre el mismo, a ambos lados del cuerpo.
— Hundir el vientre y las nalgas lo más posible, a fin de que el hueco de los ríñones entre en contacto con el plano duro.
— Al mismo tiempo, hundir la barbilla en el cuello, «empujar» la parte alta de la cabeza y apoyarse sobre los talones, como intentando alargar el cuello.
— Mantener dicha posición un minuto, respirando con calma y regularmente.
— Relajarse 30 segundos y volver a adaptar esa posición.

Ejercicio 4
— De pie, con los pies juntos, las manos hacia delante, por ejemplo sobre el respaldo de una silla.
— Levántate sobre las puntas de los pies.
- Siempre sobre las puntas de los pies, agáchate poco a poco, separando las rodillas y manteniendo el busto recto.
- Levántate lentamente y apóyate en las plantas de los pies.

sábado, 2 de abril de 2011

Embarazada - Ejercicios de Flexibilidad


Ejercicios de flexibilidad
Los ejercicios que describo están orientados a lograr la flexibilidad de las articulaciones que unen entre sí los huesos de la pelvis, así como a luchar contra el exceso de íordosis lumbar (arqueamiento) y contra el balanceo de la pelvis que acompaña a esa hiperlordosis.

Constituyen la mejor prevención del dolor de ríñones y de la ciática, tan frecuente en la mujer encinta.
Los siete ejercicios deben ser realizados en el orden en que quedan expuestos aquí:


Ejercicio 1
— Sentada en la postura del loto, las manos sobre las rodillas, la espalda bien recta y la barbilla apoyada en la base del cuello.

— Con los brazos tensos (sin forzarlos al principio), apoyar las manos sobre las rodillas, haciéndolas descender tan cerca del suelo como sea posible.

— Puede realizarse el mismo ejercicio apoyando las plantas de los pies una contra otra (y no con las piernas cruzadas), con los talones próximos a las nalgas


Ejercicio 2
— En posición del loto, con las manos sobre las rodillas.

— Separar las piernas abriéndolas al máximo y manteniendo la espalda recta. La pantorrilla y el muslo deben apoyarse totalmente en el suelo.

— Flexionar el tronco, por la parte más baja de la columna vertebral, alternativamente sobre la pierna derecha y sobre la izquierda. La espalda debe mantenerse bien recta, con los hombros en la misma línea.


Ejercicio 3
— Tendida de espaldas, brazos extendidos a veinte centímetros del cuerpo, piernas extendidas.

— Apoyarse sobre la nuca y sobre las plantas de los pies para elevar la pelvis haciendo puente, mientras se realiza una inspiración.

— Volver al suelo, espirando.

viernes, 1 de abril de 2011

Embarazo - Posiciones de Relajación


Las posiciones

Sentada. La posición más tradicional es sentada sobre el suelo, con la espalda recta, las piernas abiertas, dobladas, y los pies cruzados y pegados al bajo vientre; los antebrazos descansando cómodamente en las rodillas, con las palmas de las manos mirando hacia arriba.

Esta posición es parecida al asaría («modo de sentarse») yóguico más conocido, el Padma-asana o postura del loto.

De hecho, las numerosas variantes yóguicas de la posición de los pies son difíciles de realizar para un occidental. Lo esencial en la postura del loto, bastante incómoda al principio, es que resulta excelente para la espalda y la columna vertebral.

Se puede lograr igualmente una buena relajación en un sillón, a condición de que no sea demasiado blando y posea un respaldo recto.

Acostada sobre la espalda. Es la posición más fácil. Acuéstate en el suelo, sobre una alfombra y no sobre la cama, es demasiado blanda.

Debes tenderte sobre la espalda, con un almohadón bajo la cabeza —bajo la nuca sobre todo—, otro bajo las corvas, manteniendo las rodillas ligeramente dobladas, y otro bajo los pies, para que estén cómodos.

Acostada sobre un costado. Esta posición resulta muy agradable hacia el final del embarazo y durante el mismo parto, cuando la masa del útero pesa sobre el abdomen.

Debes apoyarte sobre un costado, casi sobre el vientre, con un almohadón bajo la cabeza. Si el lado elegido es el derecho, el brazo derecho debe deslizarse bajo el cojín, y el izquierdo reposar en el suelo, por delante del cuerpo; la pierna derecha, en contacto con el suelo, se mantiene casi recta, con una flexión muy ligera; la izquierda se lleva hacia delante, semiflexionada; puede colocarse un almohadón suplementario bajo la rodilla izquierda.

Naturalmente, si el elegido es el lado izquierdo, debes adoptar una postura simétrica de la que acabo de describir.

jueves, 31 de marzo de 2011

El Parto - Preparación Física


Preparación física

Los objetivos de la preparación física son mantener en buenas condiciones físicas a la mujer encinta y darle a conocer técnicas musculares y respiratorias que le serán útiles en el parto.

Dicha preparación comprende un determinado número de ejercicios, que dividiré en cuatro categorías de modo algo arbitrario:

1. Ejercicios de relajación.

2. Ejercicios respiratorios.

3. Ejercicios de flexibilidad.

4. Ejercicios musculares.

Veremos cómo ciertos ejercicios ganan con la práctica, no sólo antes del parto, sino también en el período que sigue a éste.
Al principio, es casi indispensable que hagas la gimnasia bajo el control de tu monitora de preparación para el parto.

Pero quede claro que las sesiones de gimnasia dirigida no bastan; su ritmo no podría rebasar una o dos veces por semana, mientras que una buena preparación debe comprender un entrenamiento físico cotidiano. Debes pues repetir en tu casa, cada día, en una o dos sesiones no demasiado largas, los ejercicios que hayas aprendido en el curso. Evidentemente, estas sesiones diarias no deben fatigarte, lo que sería contrario al objetivo buscado; una duración de un cuarto de hora a veinte minutos se considera suficiente.

Es el momento de que tu marido te ayude, colaborando así en tu preparación para el nacimiento de vuestro hijo. Lo habéis concebido juntos, es obra de los dos, por lo que debéis preparar juntos su venida al mundo. Tu marido no debe limitarse a pagar las facturas de la canastilla y la cuna, sino que también él debe preparar la llegada del recién nacido, no sólo arreglando la habitación del bebé o eligiendo su primer tren eléctrico, sino sobre todo comprendiendo lo que ocurre y va a ocurrir dentro de ti, y ayudándote moral y físicamente a prepararte para ello.

Insisto, ese hijo lo habéis hecho entre los dos, y con todo vuestro amor debéis preparar los dos su venida al mundo.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Embarazo - Ejercicios de Respiración


Tienen como objetivo: mejorar la capacidad torácica y la ventilación pulmonar, facilitando así la oxigenación de la sangre; enseñarte a controlar la respiración, a fin de respetar ciertos ritmos durante el parto, y coordinar la respiración y el esfuerzo muscular, en previsión del momento de la expulsión.

1. La posición
Lo ideal es la posición acostada que hemos descrito con anterioridad. Sin embargo, nada impide realizar a continuación ejercicios en posición sentada.

2. Tomar conciencia de la respiración
Tendida de espaldas, coloca una mano sobre el vientre y la otra sobre la parte superior del tórax.
Sigue las indicaciones de la monitora, y diferencia entre:

— respiración abdominal, que se lleva a cabo por medio de los movimientos del diafragma; el vientre se hincha en cada inspiración;

— respiración torácica, por medio de los movimientos de los rostados; el tórax se eleva en cada inspiración;

— respiración completa, que asocia ambos mecanismos.

3. Los ejercicios propiamente dichos
La mayoría se realizan utilizando la respiración torácica. Respiración regular controlada: 15 respiraciones por minuto.

— Lenta inspiración por la nariz.

— Retención del aire (5 o 10 segundos al principio).

— Espirar lentamente por la boca.

— Nueva pausa. Y vuelta a empezar.

Respiración bloqueada (apnea voluntaria). Tras realizar varios movimientos respiratorios normales, hacer una inspiración profunda, mantener bloqueado el tórax en posición de inspiración el mayor tiempo posible, vaciar los pulmones y reemprender la respiración normal.

Evidentemente, el período de apnea voluntaria debe ser reducido al principio, aumentando progresivamente hasta 30 segundos, 0 incluso más si el entrenamiento se efectúa a conciencia.

Respiración superficial. Este ejercicio sólo puede llevarse a cabo cuando se domina el mecanismo de la respiración torácica.
Tras realizar varios movimientos respiratorios normales (en respiración torácica), acelerar de modo progresivo el ritmo respiratorio, con la boca abierta, y efectuar pequeños movimientos respiratorios localizados en la parte superior del tórax (hasta 25 o 30 por minuto).

Respiración jadeante. Con la boca muy abierta (eventualmente, sacando la lengua), acelerar aún más el ritmo de la respiración superficial, hasta unas 40 respiraciones por minuto.

martes, 29 de marzo de 2011

La Preparación para el Parto


La preparación para el parto puede ser emprendida a partir del sexto o séptimo mes del embarazo.

Normalmente, dicha preparación supone un cierto número de Sesiones (de 6 a 8), reuniendo de cuatro a seis mujeres encinta en torno a una comadrona. Es muy conveniente la presencia del marido en esas sesiones, pues como ya he dicho, tanto el embarazo como el nacimiento deben ser preparados y vividos entre los dos.

Cada sesión se divide en tres partes:

— una primera parte teórica, que describe, con ayuda de esquemas o películas, las nociones anatómicas básicas, así como el mecanismo y el desarrollo del nacimiento;

— una segunda parte de ejercicios prácticos, donde se explican y ejecutan los diversos movimientos respiratorios, de relajación y gimnásticos descritos más adelante;

— una tercera parte de conversaciones libres, en la que se establece entre las participantes una libre discusión sobre cualquier lema que deseen abordar, que haga referencia de un modo u otro al nacimiento, al hijo, a la mujer.

Lo ideal sería que se pudiera añadir a esas sesiones reuniones periódicas con un psicólogo, a fin de abordar los componentes psíquicos del «mito» del parto, ya que, junto con la preparación física, es muy importante la preparación intelectual y psicológica

Como ya he indicado, su objetivo principal es hacer desaparecer el temor eliminando el misterio.

Eliminar el misterio supone proporcionarte algunas nociones esenciales e indispensables sobre tu anatomía y sobre el funcionamiento de tus diversos órganos, a fin de que puedas comprender mejor lo que va a ocurrir dentro de ti.

Dicho esto, hay un punto sobre el que quiero insistir ante todo: el hecho de que asistas regularmente a las clases no debe hacerte pensar que abordarás el alumbramiento sabiendo obstetricia (a modo de comparación, quiero recordarte que las comadronas requieren tres años de difíciles estudios para adquirir los conocimientos pertinentes).

La finalidad de esos cursos es que comprendas lo que acontece dentro de ti en el curso del embarazo y el parto, pero esos conocimientos, forzosamente elementales y esquemáticos, son insuficientes para permitirte analizar una situación obstétrica real.

Es absolutamente necesario que asimiles bien ese hecho, ya que imaginando que lo sabes todo correrías el riesgo de desorientarte al contacto con la realidad; tal desorientación podría hacerte perder todos los beneficios obtenidos durante la preparación.

lunes, 28 de marzo de 2011

Embarazadas - Ejercicios de Relajación

Ejercicios de relajación

La relajación es un elemento básico en el dominio del cuerpo, uno de los primeros peldaños que hay que franquear para lograr el descubrimiento del yoga.

Para Read, la tranquilidad física es el primer objetivo, a la vez que una condición indispensable para alcanzar la tranquilidad psíquica.

Vemos pues que hay una identidad de enfoque entre el pensamiento hindú y las ideas de Read: «El dominio de los sentidos y del psiquismo pasa por el dominio del cuerpo». Dicha identidad de enfoque justifica, a mi parecer, la introducción de ciertos ejercicios yóguicos en la preparación para el parto sin dolor.

Los médicos soviéticos reprochan a la relajación su carácter pasivo, que conduce, según ellos, a una regresión psicoafectiva. Opinan que la mujer debe hallarse activa, despierta, ser partícipe.

Creo ver en ello un burdo contrasentido, debido a que a los médicos rusos les engaña su materialismo cientificista. En efecto, resulta evidente que una relajación bien hecha constituye en realidad un fenómeno activo, que requiere la participación de la voluntad y puede desembocar en niveles superiores de conciencia. Lejos de ser una regresión, al abrir la vía del dominio de los sentidos la relajación conduce a la meditación y a la trascendencia.

En primer lugar, debes tomar conciencia de la existencia de los diversos grupos musculares, para lo cual has de contraer dichos músculos y después realizar el esfuerzo voluntario de relajarlos.

Por ejemplo, puedes comenzar por los músculos de los dedos de los pies, los de las pantorrillas —que controlan el movimiento de los pies— y los de los muslos.

A continuación, pasas a los miembros superiores, controlando asimismo la contracción —y después la relajación— de los dedos, los músculos de la muñeca y los del brazo.

La relajación del tronco es más difícil de lograr, pues se es menos consciente de los grupos musculares del mismo. Realizarás el mismo ejercicio de contracción y relajación muscular con las nalgas, el perineo (esfuerzo como para retener la deposición, y después relajación), la pared abdominal y el raquis (músculos de la espalda y del cuello).
Finalmente, la relajación del rostro: músculos de la masticación, de los párpados, de la frente y los utilizados en los gestos.

Tras tomar conciencia de los grupos musculares (lo que a menudo requiere varias sesiones), realizarás los ejercicios de relajación propiamente dicha; cada grupo muscular es relajado sucesivamente. Los miembros, y después el conjunto del cuerpo, dan la impresión de tornarse flaccidos por completo, así como más pesados, mientras que se siente una sensación de euforia, de bienestar, de total relajación.

Al final del ejercicio, que durará de cinco a quince minutos, debes evitar incorporarte bruscamente; respira, estírate, siéntate, y no te levantes hasta pasados unos minutos.