Las posiciones
Sentada. La posición más tradicional es sentada sobre el suelo, con la espalda recta, las piernas abiertas, dobladas, y los pies cruzados y pegados al bajo vientre; los antebrazos descansando cómodamente en las rodillas, con las palmas de las manos mirando hacia arriba.
Esta posición es parecida al asaría («modo de sentarse») yóguico más conocido, el Padma-asana o postura del loto.
De hecho, las numerosas variantes yóguicas de la posición de los pies son difíciles de realizar para un occidental. Lo esencial en la postura del loto, bastante incómoda al principio, es que resulta excelente para la espalda y la columna vertebral.
Se puede lograr igualmente una buena relajación en un sillón, a condición de que no sea demasiado blando y posea un respaldo recto.
Acostada sobre la espalda. Es la posición más fácil. Acuéstate en el suelo, sobre una alfombra y no sobre la cama, es demasiado blanda.
Debes tenderte sobre la espalda, con un almohadón bajo la cabeza —bajo la nuca sobre todo—, otro bajo las corvas, manteniendo las rodillas ligeramente dobladas, y otro bajo los pies, para que estén cómodos.
Acostada sobre un costado. Esta posición resulta muy agradable hacia el final del embarazo y durante el mismo parto, cuando la masa del útero pesa sobre el abdomen.
Debes apoyarte sobre un costado, casi sobre el vientre, con un almohadón bajo la cabeza. Si el lado elegido es el derecho, el brazo derecho debe deslizarse bajo el cojín, y el izquierdo reposar en el suelo, por delante del cuerpo; la pierna derecha, en contacto con el suelo, se mantiene casi recta, con una flexión muy ligera; la izquierda se lleva hacia delante, semiflexionada; puede colocarse un almohadón suplementario bajo la rodilla izquierda.
Naturalmente, si el elegido es el lado izquierdo, debes adoptar una postura simétrica de la que acabo de describir.
Sentada. La posición más tradicional es sentada sobre el suelo, con la espalda recta, las piernas abiertas, dobladas, y los pies cruzados y pegados al bajo vientre; los antebrazos descansando cómodamente en las rodillas, con las palmas de las manos mirando hacia arriba.
Esta posición es parecida al asaría («modo de sentarse») yóguico más conocido, el Padma-asana o postura del loto.
De hecho, las numerosas variantes yóguicas de la posición de los pies son difíciles de realizar para un occidental. Lo esencial en la postura del loto, bastante incómoda al principio, es que resulta excelente para la espalda y la columna vertebral.
Se puede lograr igualmente una buena relajación en un sillón, a condición de que no sea demasiado blando y posea un respaldo recto.
Acostada sobre la espalda. Es la posición más fácil. Acuéstate en el suelo, sobre una alfombra y no sobre la cama, es demasiado blanda.
Debes tenderte sobre la espalda, con un almohadón bajo la cabeza —bajo la nuca sobre todo—, otro bajo las corvas, manteniendo las rodillas ligeramente dobladas, y otro bajo los pies, para que estén cómodos.
Acostada sobre un costado. Esta posición resulta muy agradable hacia el final del embarazo y durante el mismo parto, cuando la masa del útero pesa sobre el abdomen.
Debes apoyarte sobre un costado, casi sobre el vientre, con un almohadón bajo la cabeza. Si el lado elegido es el derecho, el brazo derecho debe deslizarse bajo el cojín, y el izquierdo reposar en el suelo, por delante del cuerpo; la pierna derecha, en contacto con el suelo, se mantiene casi recta, con una flexión muy ligera; la izquierda se lleva hacia delante, semiflexionada; puede colocarse un almohadón suplementario bajo la rodilla izquierda.
Naturalmente, si el elegido es el lado izquierdo, debes adoptar una postura simétrica de la que acabo de describir.