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Bebés gemelos: Similares pero diferentes

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sábado, 24 de diciembre de 2011

Parto sin dolor


La mayoría de los médicos recomiendan por regla general a sus pacientes al comienzo del tercer trimestre del embarazo que sigan una serie de clases preparatorias para el parto sin dolor o psicoprofiláctico.

Esas clases, colectivas o individuales, las da una profesora, que suele ser también comadrona. También la Seguridad Social imparte para las mujeres con Cartilla de embarazada unos cursillos de preparación prenatal, totalmente gratuitos.

Tienen por objeto procurar a la mujer embarazada:

- En primer lugar, una preparación intelectual: cursillo de información sobre la fisiología del embarazo y del parto.

- En segundo lugar, una preparación psíquica, con el fin de desvanecer al máximo (en caso necesario) el temor al parto ya próximo.

- Por último, una preparación física, que comprende cuatro tipos de ejercicios:

— musculación;

— flexibilización;

— relajación (para saber relajarse durante las contracciones);

— los distintos tipos de respiración que se han de utilizar durante el parto.

Evidentemente, hay que repetir después esos mismos ejercicios en casa.
El mérito principal de esas clases consiste en infundir confianza a la mujer embarazada.

Cuanto más informada se está, menos miedo se tiene. La mujer empieza entonces a ser capaz de imaginar el parto: los síntomas anunciadores y los tres períodos del trabajo (dilatación, expulsión del niño y expulsión de la placenta). Durante el embarazo, oye contar tantas historias, cada una más edificante que la anterior, que al final ya no sabe distinguir entre lo real y lo falso.

Si la profesora que te da las clases de parto sin dolor es comadrona, sería ideal que estuviese presente durante el parto.

Así te asistiría, te ayudaría a adoptar sin asustarte los diferentes modos de respiración, a relajarte entre las contracciones, a empujar o a contenerte cuando sea necesario. En resumen, y como se dice comúnmente, a no perder la cabeza, lo que significa muchísimo.

Pero quizá has elegido otra manera de dar a luz. Esa discusión no es de mi incumbencia. Debe tener lugar entre el médico y tú. De todas formas, has de saber que existen varios métodos de atenuar, incluso de suprimir totalmente el dolor. Tienes derecho a elegir el que te convenga más, salvo, claro está, si hay imperativos de orden médico que imponen el recurso a otro.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Dolor de espalda en el embarazo


El verdadero problema que se plantea a lo largo de todo el tercer trimestre, directamente vinculado al peso y al volumen del vientre, consiste en la aparición de dolores en la espalda a veces violentos.

Como suele decirse, se tiene dolor de ríñones.

A medida que el vientre aumenta de tamaño, se tiene tendencia a arquearse, a hundir los ríñones, a echar instintivamente los hombros hacia atrás para buscar un nuevo punto de equilibrio, para obligar a ese cuerpo, tan distinto de aquel con el que estamos acostumbradas a vivir, a adoptar una nueva postura.

Por desgracia, la posición que se elige al principio, sin darse cuenta, es muy pocas veces la buena. Al cabo de un momento, la espalda nos llama al orden. Y al sentirnos molestas, cambiamos de postura.

Has de saber que, cuanto más musculadas estén la banda abdominal y la espalda, cuanto más se haya flexibilizado la pequeña musculatura, muy profunda, de la columna vertebral, cuanto más se haya nadado, cuanto más regularmente se hayan practicado los ejercicios de gimnasia suave indicados, más conciencia se tendrá del propio cuerpo y menos molestará la región de las vértebras lumbares. Así se adopta de manera natural una buena postura.

martes, 20 de diciembre de 2011

Consejos de alimentación para embarazadas


- Cena de manera muy ligera.
En muchos casos, en cambio, las cenas resultan demasiado copiosas. No se precisan muchas calorías para dormir. Durante el sueño, se consumen muy pocas. Un exceso de calorías en la cena cuenta doble, y una comida ligera facilita el sueño.

- Come con tranquilidad.
Mucha gente come mal y con apresuramiento a mediodía. Mastica concienzudamente los alimentos (te dará la impresión de comer más) y relájate. Eso favorece la digestión.

- No comas entre horas.
Si tienes mucho apetito, tómate un yogur o cómete una manzana o una zanahoria. Ten cuidado con las chucherías, como una tostada de pan con mantequilla, unas cuantas galletas, ios caramelos, una pastilla de chocolate, etc. Suponen una mina de calorías escondidas. Sin darte cuenta, puedes llegar a doblar tu ración diaria de calorías y engordar dos kilos sin entender por qué. No andes picando entre horas. Hacerlo desajusta el equilibrio alimentario, sobre todo durante el embarazo.

- Cocina con la menor cantidad de grasa posible.
Una cocina demasiado grasa no beneficia al organismo. Aporta calorías superfluas y ocultas, que pueden ser perjudiciales. Aprovecha el hecho de estar embarazada para cambiar de costumbres dietéticas y alimenticias. Haz disfrutar de ellas a toda tu familia. Todo el mundo se sentirá mejor. El embarazo es la ocasión soñada para familiarizarse con la dietética.

- Reduce al máximo el consumo de azúcar.
Como ya he dicho, el azúcar —o los alimentos azucarados— llama al azúcar, con lo que se entra en un círculo vicioso. Cuanto más azúcar se toma, más necesidad se experimenta de él. En la medida de lo posible, suprime el azúcar de tu alimentación.
Mucho cuidado con las bebidas azucaradas, muy ricas en calorías. Todo lo azucarado hace engordar: galletas, chocolate, caramelos, todos los dulces, los helados, los pasteles... Naturalmente, no se trata de prohibir todo eso. Pero si tienes tendencia a engordar, considéralos como tus enemigos y no reemplaces nunca una comida por ellos. El volumen no tiene gran cosa que ver con el aporte calórico. Aprende a elegir tus alimentos con discernimiento. Así podrás preparar tu propio régimen, tomando en cuenta tus gustos y tus costumbres en materia de alimentación.

- Bebe por lo menos litro y medio de agua diarios.
Se pueden pasar algunas semanas sin comer, pero no se puede vivir más de tres días sin beber. Nuestras necesidades cotidianas se elevan a unos dos litros y medio de agua al día. Claro que, los alimentos que tomamos a diario nos proporcionan ya de por sí cerca de un litro de agua.

Para completar este aporte, se necesita litro y medio de bebida al día (una botella grande de agua mineral). En realidad, esta cantidad de líquido se distribuye entre el desayuno (té, café, leche, etc.) hasta la última bebida de la noche, pasando por la que se toma en las comidas y durante el resto del día.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Cuidado de dientes en segundo trimestre de embarazo


Segundo trimestre = segunda visita de comprobación al dentista. El embarazo requiere una vigilancia regular de la dentadura.

Por otra parte, si han empezado a tratarte la boca antes de quedar embarazada, nada te impide continuar. Si fuese necesaria una intervención importante, los únicos que pueden aconsejarte son el dentista y el ginecólogo.

Uno de los pequeños males que más me han hecho sufrir durante mis embarazos, sobre todo en las proximidades del segundo trimestre, es la gingivitis. A priori, parece algo sin importancia, pero en realidad te envenena la vida. Las encías se hinchan, se tensan, sangran por cualquier motivo y a veces duelen muchísimo. Ni pensar en morder una manzana ni en lavarse la boca con un poco de fuerza.

Para colmo, pueden aparecer aftas en la mucosa del interior de la boca. El embarazo causa con frecuencia este género de problemas, clásicos de él. La gingivitis desaparece de modo automático después del parto, y las aftas se alivian localmente mediante un gel prescrito por el médico. A veces ayudan también las gárgaras de agua tibia con un poco de agua oxigenada.

En todos estos casos, utiliza un cepillo de dientes muy suave.

Sabes que estás guapa y te sientes en plena forma. Eso no te autoriza a exagerar. Al contrario, aprovecha este período en que te hallas en estado de gracia para organizar tu vida cotidiana y aligerar poco a poco tus actividades. Mientras estás embarazada, no tienes la misma resistencia que antes. Sé prudente y cuídate a diario, tanto de ti misma como del niño que llevas en tu seno.

viernes, 16 de diciembre de 2011

El busto en el segundo trimestre


No hay ninguna novedad con respecto al busto durante el segundo trimestre. El volumen del pecho se hace estable. No pierdas las buenas costumbres adquiridas durante los tres primeros meses del embarazo.

- Lleva siempre un sostén confortable, bien adaptado al tamaño de tu pecho. Usalo de día y de noche si tienes el pecho demasiado voluminoso. La naturaleza no ha previsto músculos especiales para sostener el pecho durante el embarazo.

- Date masaje y más masaje cada día, en el sentido de las agujas del reloj, con una buena crema o con aceite de almendras dulces (o de germen de trigo). No olvides el pezón.

- Practica la gimnasia suave. La sesión incluye dos ejercicios destinados especialmente a fortalecer los músculos pectorales.

A partir del quinto mes, no te extrañe ver que, si presionas la punta de los senos, salen algunas gotas de un líquido ligeramente opaco y amarillento. Se trata del calostro segregado por las glándulas mamarias. Prepara la llegada de la leche. Cuanto más avance el embarazo, más cantidad saldrá espontáneamente. Lávate a fondo los pezones todos los días durante la ducha o el baño.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Alimentación en embarazadas con peso ideal


Régimen para embarazadas en peso ideal

En general, puedes estar en tu peso ideal por dos motivos: o bien porque tienes la suerte por naturaleza de comer todo lo que quieras sin engordar un gramo, o bien porque cuidas tu alimentación.

Si te encuentras en el segundo caso, no hay ninguna razón a priori para que te abandones durante el embarazo. Sigue mostrándote igual de vigilante y adopta el régimen n.° 2 si has aumentado demasiado de peso de una vez.

Regla general: aplícate el régimen básico (p. 58) y añádele:

— 80 g de queso diarios (nada más, debido a las grasas que contiene; haz la prueba siguiente: pon al sol un trozo de gruyere, por ejemplo, vuelve al cabo de una hora o dos y te encontrarás con aceite en lugar de queso);

— una rebanada de pan (con preferencia integral) por comida.

Atención: las 200 calorías suplementarias autorizadas al día no deben provenir de cualquier cosa, sino que han de estar constituidas por proteínas y calcio. 200 calorías de caramelos no le interesan ni a tus caderas ni al niño que estás gestando.

lunes, 12 de diciembre de 2011

La Piel en el segundo trimestre de embarazo


Aunque tengas una tez resplandeciente, luminosa, no descuides el cuidado de la cara. En este momento, la piel presenta una tendencia mayor que nunca a deshidratarse. De hecho, no hace más que reflejar lo que ocurre en el interior de tu cuerpo. Si te sientes en plena forma, tu cutis lo estará también. Pero si no le prestas atención, tal vez te encuentres un buen día con el cutis completamente deshidratado y reseco.

Desmaquíllate cuidadosamente todas las noches con una buena leche de belleza. A continuación, con ayuda de un algodón, pásate una loción tónica sin alcohol por toda la cara. Algunos especialistas recomiendan darse después un masaje suave a la cara con una buena crema alimenticia y conservarla durante toda la noche. (Cuidado con el contorno de los ojos)

La piel es particulamente frágil en este punto, y la crema puede provocar hinchazones anormales.) Otros dicen que hay que dejar que la piel respire durante toda la noche y que, de todas maneras, no se debe mantener una crema nutritiva sobre la cara más de veinte minutos, ya que su acción se anula después de ese lapso de tiempo. Si eliges esta segunda fórmula, aplícate, por ejemplo, la crema antes del desayuno y el baño (o la ducha) y retira después lo que no haya sido absorbido con un pañuelo de papel.

De todos modos, la crema nutritiva no reemplaza la base hidratante y protectora que llevarás durante el día, bajo el maquillaje si tienes la costumbre de maquillarte.

Atención: por el simple hecho del embarazo, puedes sufrir una alergia a una crema que habías estado usando hasta ahora. En ese caso, cambia de crema y elige productos analérgicos, ya sean de perfumería o de farmacia.

A mí me encanta, por las mañanas, antes de aplicarme la base hidratante, despertar mi cutis enjabonándolo —con un jabón transparente especial— mediante un cepillo muy suave, especialmente ideado para este objeto. Después, me enjuago con una buena cantidad de agua, primero tibia y luego fría. Es estupendo. Se acaba limpia y sonrosada.

Si estás acostumbrada a maquillarte, continúa haciéndolo. Atrae la atención sobre tu rostro. Es lo mejor que tienes durante el embarazo.

Piensa en acudir de vez en cuando a un instituto de belleza, para que te hagan una limpieza a fondo de la piel. Con eso, tu cutis estará más bello todavía.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Peluquería en embarazadas


En general, estará acorde con tu salud y con tu tez: brillante, suave, sedoso. Todos los peluqueros lo dicen: no hay ningún peligro de que se caiga hasta después del parto.

Trátalo bien desde ahora mismo. Uno o dos lavados de cabeza a la semana (no más) con un buen champú, y cepillados regulares con un cepillo suave.

Muéstrate prudente con las permanentes y los tintes. Pueden provocar alergias, e incluso no surtir ningún efecto. Pide consejo al peluquero. Sin duda te someterá a un «toque de ensayo» unos días antes para comprobar cómo reaccionas.

Mi peluquera opina que el embarazo no es un buen momento para emprender grandes —y tal vez irreversibles— cambios capilares. «Desconfíe de sí misma, de sus caprichos repentinos —me dijo—. Casi siempre son momentáneos y se deben al cambio que se está operando en usted. Cuanto más sencillo sea su peinado, más guapa estará.

Espere hasta dar a luz para saber si le sigue apeteciendo transformarse en punk o en bomboncito sexy.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Régimen embarazadas delgadas


Régimen para embarazadas delgadas

Es muy raro ver a una mujer embarazada demasiado delgada, pero sucede a veces.

Si este es tu caso, tendrás que:
Regla general: observar el régimen básico sin saltarte nada de nada. Añade a este régimen en cada comida:
— 5 cucharadas soperas de alimentos feculentos cocidos y salados, a los que pondrás un buen trozo de mantequilla cruda,
— 80 g de queso,
— galletas secas, si te apetecen.

Atención: las galletas suponen un suplemento. No hay que comerlas en lugar de otro alimento que te guste menos. Engordarías, cierto, pero no te alimentarías de modo conveniente.

Ten cuidado en no subalimentarte por coquetería, por no engordar demasiado. La subalimentación es peligrosa para el niño, claro está (peligro de nacimiento prematuro, con un retraso marcado en su crecimiento), pero también para la salud de la madre.
Si no engordas más de 10-12 kilos durante el embarazo, no tendrás ningún problema de peso después del parto, convéncete de eso.
En este momento, tienes una doble responsabilidad, la de tu persona y la de tu hijo. No te prives inútilmente.

Las cantidades de proteínas y de calcio contenidas en estos tres regímenes están perfectamente calculadas. No hagas lo que te venga en gana. Muy pronto sentirías los efectos. Se traducirían, por ejemplo, en un aumento de peso excesivo, que te costaría mucho trabajo dominar.

Y come diciéndote que todo lo que estás tomando es bueno para el niño. Una alimentación sana y equilibrada supone el primer regalo —y no el de menor importancia— que se hace al futuro hijo.

El segundo trimestre del embarazo causa muchos menos problemas determinados directa o indirectamente por la alimentación que el primero.

martes, 6 de diciembre de 2011

Deporte y caminatas en embarazadas


El hecho de que te sientas mejor, en plena posesión de todas tus facultades psíquicas, no significa que te permitas hacerlo todo. Una amiga mía esquió hasta el séptimo mes de embarazo. Siempre se ha vanagloriado de eso y, sin embargo, no había de qué pavonearse. ¿Y si llega a caerse?

Lo mismo que en el primer trimestre, los dos deportes recomendados a la mujer embarazada son la marcha y la natación.


Entiendo por marcha al andar a pie, es decir, ni participar en un maratón, ni dedicarse a mirar los escaparates. Procura caminar tranquilamente durante un cuarto de hora, por la mañana y por la tarde. Trata de encontrar un lugar en que puedas oxigenarte al máximo y no respirar el humo que sale de los tubos de escape.

Ten cuidado. Cuando emprendas una marcha, has de pensar siempre en el regreso. No presumas de tus fuerzas. Me acuerdo de que, durante mi segundo embarazo, salí sola a dar un gran paseo, tan fatigoso que creí que nunca conseguiría volver. No se veía un taxi libre, los autobuses iban atestados...Hubiese llorado de agotamiento.