Por regla general, los problemas con respecto al pelo no se presentan durante el embarazo, sino después de los tres o seis meses que siguen al parto. Durante todo el embarazo, suele aparecer más suave, más brillante que de ordinario.
La seborrea disminuye, incluso desaparece. ¡Un verdadero sueño! Cuídate el pelo como de costumbre, aunque poniendo atención a un posible exceso de sequedad. Utiliza champús suaves y de buena calidad, para no desoxidar con exceso el cuero cabelludo, lo que provocaría la aparición de caspa. De todas formas, aunque tengas el pelo graso, no emplees nunca champús demasiado agresivos. Eso no resolvería tus problemas capilares, sino todo lo contrario.
Si llevas el pelo largo y lo tienes particularmente seco, peínalo antes del aclarado con una loción especial para desenredarlo. Aclárate después con agua tibia y termina con un chorro de agua fría con limón. Las escamas del pelo se aproximarán unas a otras y tu melena quedará suave y brillante.
Procede a buenos cepillados, regulares y no demasiado enérgicos, a fin de airear el pelo.
Si te sientes con valor suficiente o si estás en el verano en una playa, úntate el pelo con aceite de coco, como las tahitianas. Déjalo así durante varias horas y lávate después con champú. El pelo quedará perfectamente nutrido.
En esta fase del embarazo, ten cuidado con los caprichos súbitos —y pasajeros— de cambiar de peinado. Será mejor que esperes a haber dado a luz para cortarte el pelo. Cabe muy en lo posible que entonces ya no lo necesites.
La seborrea disminuye, incluso desaparece. ¡Un verdadero sueño! Cuídate el pelo como de costumbre, aunque poniendo atención a un posible exceso de sequedad. Utiliza champús suaves y de buena calidad, para no desoxidar con exceso el cuero cabelludo, lo que provocaría la aparición de caspa. De todas formas, aunque tengas el pelo graso, no emplees nunca champús demasiado agresivos. Eso no resolvería tus problemas capilares, sino todo lo contrario.
Si llevas el pelo largo y lo tienes particularmente seco, peínalo antes del aclarado con una loción especial para desenredarlo. Aclárate después con agua tibia y termina con un chorro de agua fría con limón. Las escamas del pelo se aproximarán unas a otras y tu melena quedará suave y brillante.
Procede a buenos cepillados, regulares y no demasiado enérgicos, a fin de airear el pelo.
Si te sientes con valor suficiente o si estás en el verano en una playa, úntate el pelo con aceite de coco, como las tahitianas. Déjalo así durante varias horas y lávate después con champú. El pelo quedará perfectamente nutrido.
En esta fase del embarazo, ten cuidado con los caprichos súbitos —y pasajeros— de cambiar de peinado. Será mejor que esperes a haber dado a luz para cortarte el pelo. Cabe muy en lo posible que entonces ya no lo necesites.