El aparato genital femenino está constituido por los ovarios, que generan las células germinales (ovocitos); las trompas de Falopío, donde sé produce la fecundación; el útero, donde se implanta el embrión para su crecimiento; y la vagina, el sitio donde se lleva a cabo la cópula.
El ciclo femenino empieza con la menstruación, que es la caída del endometrio (cubierta interna del útero), y posteriormente comienzan a crecer los folículos en el ovario, en el interior de los cuales hay un ovocito madurando. Cuando éste alcanza el desarrollo, alrededor del día 14 del ciclo, tiene lugar la ovulación, es decir la salida del ovocito del ovario, que en los siguientes catorce días fabricará hormonas para preparar el endometrio por si se llega al embarazo.
En el caso de que no lo hubiera, la producción hormonal baja y el endometrio, por falta de mantenimiento, vuelve a caer, produciendo consecuentemente una nueva menstruación. Vale aclarar que el ovocito está cubierto por una estructura no celular que se llama membrana pelúcida y por un grupo de células denominadas "del cumulus".
En una relación sexual el semen es depositado en el fondo de la vagina. Aquí los espermatozoides se separan del plasma seminal y migran hasta el cuello uterino si tuviese las condiciones adecuadas, ya que eso sólo ocurre en los días próximos a la ovulación. Luego los espermatozoides ascienden por el tracto genital femenino hasta encontrarse, en el tercio externo de la trompa de Falopio, con los ovocitos.
La mayoría de los espermatozoides libera enzimas que permiten disociar las células del cumulus, que luego se unirán a la membrana pelúcida, y uno la penetrará para tomar contacto con el ovocito y activarlo. De ese espermatozoide se constituye el llamado pronúcleo masculino, que tiene 23 cromosomas, mientras que el ovocito aportará el pronúcleo femenino, que posee la misma cantidad. La unión de ambos cromosomas permite la formación de una célula de 46 cromosomas, característica de la especie humana. Luego ese embrión crece en número de células por sucesivas divisiones, viaja por el aparato genital femenino y tres o cuatro días después de la fecundación ingresa al útero, donde se implanta en el endometrio al séptimo día posterior a la fecundación.
Sin embargo, como dijimos en un principio, existe un gran número de parejas que no pueden materializar el embarazo por diferentes factores. Estos son las más importantes: -Factor espermático: la calidad y la cantidad de semen puede ser deficiente en cantidad, movilidad y forma de los espermatozoides. -Factor ovulatorio: hay fallas en la ovulación por diferentes motivos.
-Factor útero-tubo-peritoneal:
tanto el útero y las trompas de Falopio, como la cavidad pelviana, deben preservar sus condiciones anatómicas y funcionales para permitir el embarazo.
-Factor espermomigración-fertilización: Las fallas en este punto pueden deberse a un mal estado del espermatozoide (factor masculino) o a fallas en el moco cervical (factor femenino). Habitualmente se efectúa el test postcoital, que consiste en el análisis del moco cervical en fecha ovulatoria -luego de varias horas de una relación sexual- para buscar número y calidad de espermatozoides.
-Factor psicológico: los órganos reproductivos reciben influencias del sistema nervioso central. En este caso, una vez que se haya descartado cualquier otra causa, el tratamiento debería ser mo-nitoreado por un psicólogo.
-Factor genético: los matrimonios con esterilidad deberían realizarse estudios cromosómicos para descartar esta posibilidad. Si bien no hay una terapéutica que pueda revertir sus características genéticas, es muy útil para el pronóstico y el enfoque del tratamiento. Cuando no se consiguió diagnosticar la causa, la problemática es catalogada como ESCA (Esterilidad Sin Causa Aparente). En estos casos, así como cuando fracasaron los tratamientos convencionales, se debe recurrir de manera indefectible a las técnicas de fertilización asistida para poder lograr el embarazo.
El ciclo femenino empieza con la menstruación, que es la caída del endometrio (cubierta interna del útero), y posteriormente comienzan a crecer los folículos en el ovario, en el interior de los cuales hay un ovocito madurando. Cuando éste alcanza el desarrollo, alrededor del día 14 del ciclo, tiene lugar la ovulación, es decir la salida del ovocito del ovario, que en los siguientes catorce días fabricará hormonas para preparar el endometrio por si se llega al embarazo.
En el caso de que no lo hubiera, la producción hormonal baja y el endometrio, por falta de mantenimiento, vuelve a caer, produciendo consecuentemente una nueva menstruación. Vale aclarar que el ovocito está cubierto por una estructura no celular que se llama membrana pelúcida y por un grupo de células denominadas "del cumulus".
En una relación sexual el semen es depositado en el fondo de la vagina. Aquí los espermatozoides se separan del plasma seminal y migran hasta el cuello uterino si tuviese las condiciones adecuadas, ya que eso sólo ocurre en los días próximos a la ovulación. Luego los espermatozoides ascienden por el tracto genital femenino hasta encontrarse, en el tercio externo de la trompa de Falopio, con los ovocitos.
La mayoría de los espermatozoides libera enzimas que permiten disociar las células del cumulus, que luego se unirán a la membrana pelúcida, y uno la penetrará para tomar contacto con el ovocito y activarlo. De ese espermatozoide se constituye el llamado pronúcleo masculino, que tiene 23 cromosomas, mientras que el ovocito aportará el pronúcleo femenino, que posee la misma cantidad. La unión de ambos cromosomas permite la formación de una célula de 46 cromosomas, característica de la especie humana. Luego ese embrión crece en número de células por sucesivas divisiones, viaja por el aparato genital femenino y tres o cuatro días después de la fecundación ingresa al útero, donde se implanta en el endometrio al séptimo día posterior a la fecundación.
Sin embargo, como dijimos en un principio, existe un gran número de parejas que no pueden materializar el embarazo por diferentes factores. Estos son las más importantes: -Factor espermático: la calidad y la cantidad de semen puede ser deficiente en cantidad, movilidad y forma de los espermatozoides. -Factor ovulatorio: hay fallas en la ovulación por diferentes motivos.
-Factor útero-tubo-peritoneal:
tanto el útero y las trompas de Falopio, como la cavidad pelviana, deben preservar sus condiciones anatómicas y funcionales para permitir el embarazo.
-Factor espermomigración-fertilización: Las fallas en este punto pueden deberse a un mal estado del espermatozoide (factor masculino) o a fallas en el moco cervical (factor femenino). Habitualmente se efectúa el test postcoital, que consiste en el análisis del moco cervical en fecha ovulatoria -luego de varias horas de una relación sexual- para buscar número y calidad de espermatozoides.
-Factor psicológico: los órganos reproductivos reciben influencias del sistema nervioso central. En este caso, una vez que se haya descartado cualquier otra causa, el tratamiento debería ser mo-nitoreado por un psicólogo.
-Factor genético: los matrimonios con esterilidad deberían realizarse estudios cromosómicos para descartar esta posibilidad. Si bien no hay una terapéutica que pueda revertir sus características genéticas, es muy útil para el pronóstico y el enfoque del tratamiento. Cuando no se consiguió diagnosticar la causa, la problemática es catalogada como ESCA (Esterilidad Sin Causa Aparente). En estos casos, así como cuando fracasaron los tratamientos convencionales, se debe recurrir de manera indefectible a las técnicas de fertilización asistida para poder lograr el embarazo.