El fin del período de dilatación
Viene marcado por las contracciones, que se hacen más frecuentes (cada tres o cuatro minutos), más prolongadas (de cuarenta y cinco segundos a un minuto) y más intensas.
Generalmente, es en esta etapa cuando serás transportada a la sala de partos.
El catedrático español J. Arroyo y sus colaboradores han llevado a cabo un estudio sobre la influencia que tiene la posición de la parturienta sobre la calidad de las contracciones y la facilitación del parto. Un primer grupo de mujeres adoptó alternativamente la posición acostada o sentada durante el parto. Un segundo grupo, la posición acostada o de pie.
El segundo grupo mostró con claridad una disminución del dolor y un aumento de eficacia de las contracciones, con un significativo acortamiento de la duración del parto.
Dicho estudio científico parece pues confirmar el efecto benéfico de la posición en pie sobre el desarrollo subjetivo y objetivo del parto.
Quizá sea útil recordar a este respecto que la posición horizontal no es sino una idea muy reciente de los médicos occidentales, y que durante milenios las mujeres han dado a luz de pie, poniéndose de cuclillas durante la contracción.
La obra de G. J. Witkowski Accouchements chez tous les peuples (El alumbramiento en los diversos pueblos) que, pese a su antigüedad, es sin duda la más completa sobre el tema, así como las más recientes de M. Dumont o H. Speert, muestran la gran similitud de las posiciones naturales en todos los países y a lo largo de milenios.
En la gran mayoría de los casos, la posición espontáneamente adoptada por la parturienta es la siguiente: la mujer se coloca en cuclillas o arrodillada con el busto echado hacia atrás. Para mantener la posición, se sujeta por las rodillas y el pecho a una ayuda situada detrás de ella, o bien se engancha a una cuerda o un poste colocado delante.
Viene marcado por las contracciones, que se hacen más frecuentes (cada tres o cuatro minutos), más prolongadas (de cuarenta y cinco segundos a un minuto) y más intensas.
Generalmente, es en esta etapa cuando serás transportada a la sala de partos.
El catedrático español J. Arroyo y sus colaboradores han llevado a cabo un estudio sobre la influencia que tiene la posición de la parturienta sobre la calidad de las contracciones y la facilitación del parto. Un primer grupo de mujeres adoptó alternativamente la posición acostada o sentada durante el parto. Un segundo grupo, la posición acostada o de pie.
El segundo grupo mostró con claridad una disminución del dolor y un aumento de eficacia de las contracciones, con un significativo acortamiento de la duración del parto.
Dicho estudio científico parece pues confirmar el efecto benéfico de la posición en pie sobre el desarrollo subjetivo y objetivo del parto.
Quizá sea útil recordar a este respecto que la posición horizontal no es sino una idea muy reciente de los médicos occidentales, y que durante milenios las mujeres han dado a luz de pie, poniéndose de cuclillas durante la contracción.
La obra de G. J. Witkowski Accouchements chez tous les peuples (El alumbramiento en los diversos pueblos) que, pese a su antigüedad, es sin duda la más completa sobre el tema, así como las más recientes de M. Dumont o H. Speert, muestran la gran similitud de las posiciones naturales en todos los países y a lo largo de milenios.
En la gran mayoría de los casos, la posición espontáneamente adoptada por la parturienta es la siguiente: la mujer se coloca en cuclillas o arrodillada con el busto echado hacia atrás. Para mantener la posición, se sujeta por las rodillas y el pecho a una ayuda situada detrás de ella, o bien se engancha a una cuerda o un poste colocado delante.