Entrada destacada

Bebés gemelos: Similares pero diferentes

 #bebés #bebésgemelos #padresdegemelos #consejossobrebebés #bebéscomportamiento La naturaleza es tan sabia que proporcionó nueve me...

Mostrando entradas con la etiqueta sobre el parto. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta sobre el parto. Mostrar todas las entradas

lunes, 18 de abril de 2011

La Primera etapa del Parto


La primera etapa del parto

Corresponde a la desaparición del cuello del útero y después a su abertura, hasta una dilatación media de tres o cuatro centímetros.

Según la costumbre de la clínica, se te dejará en reposo en tu habitación o bien serás colocada en una sala, junto con otras mujeres en tus mismas circunstancias. Por mi parte, estimo que este período, que puede durar varias horas, no debe ser pasivo; la mujer debe tener medios para distraerse (lectura, radio, televisión, punto), y poder conversar con las demás.

No hay por qué ser dogmático al respecto; algunas mujeres preferirán quedar en reposo, otras desearán tener en qué ocuparse. Lo ideal sería que se ofrecieran las dos posibilidades, pero es preciso decir que ni siquiera las clínicas más modernas están perfectamente equipadas a este nivel.

En el momento de las contracciones, debes realizar algunas respiraciones profundas, y tratar de estar perfectamente relajada. Si has aprendido los ejercicios de relajación, es el momento de ponerlos en práctica. Por el contrario, es mejor que te abstengas de hacer la respiración superficial durante esta primera etapa, pues es demasiado fatigosa.

Durante todo este período, la presencia de tu marido será muy útil y deseable. Podrá distraerte y, sobre todo, ayudarte a lograr la relajación. Su presencia te ayudará a sentirte menos sola frente al inminente acontecimiento.

No obstante, su presencia sólo será beneficiosa en el caso de que esté tranquilo y no vaya a transmitirte un nerviosismo y una angustia que afectan a muchos futuros padres en esos momentos. Nada hay más exasperante para el personal médico que un marido, pálido y angustiado, que no cesa de tocar el timbre de la habitación y de acosar a todos, furioso al constatar que el mundo no ha dejado de girar porque «él» vaya a dar a luz.

miércoles, 13 de abril de 2011

Signos de comienzo del Parto


Has aprendido a reconocerlos; así pues, no deben sorprenderte ni inquietarte. Puede tratarse de diversos fenómenos:

Las contracciones uterinas. Poco intensas al principio, a modo de pequeños pellizcos, más marcadas después; en esta segunda etapa, cuando son más fuertes, sentirás que el útero —es decir la pared de tu vientre— se vuelve duro en toda su superficie.
Las contracciones son al principio muy irregulares, espaciadas de una media hora a una hora, y después se producen con mayor frecuencia y a intervalos más regulares. Debes anotar con cuidado la hora en que comienzan, y controlar su frecuencia y su duración.

La pérdida del tapón mucoso. Dicho tapón está formado por secreciones coaguladas que ocupan el cuello del útero. Cuando éste va a empezar a abrirse, el tapón mucoso será expulsado, a menudo acompañado de algunos hilillos de sangre. Esta expulsión traduce pues el comienzo del parto. A veces, puede preceder a la percepción de las contracciones dolorosas, pero sin embargo revela la existencia de contracciones indoloras, si bien lo bastante eficaces para lograr que el cuello del útero empiece a abrirse.

Rotura de la bolsa de las aguas. Se trata de la salida brusca y abundante de un líquido fluido y claro como el agua. Este fenómeno traduce simplemente la apertura de la bolsa de las aguas y la salida del líquido amniótico que baña el feto. Después del primer derrame abundante, las pérdidas persisten, si bien con menor abundancia.
Cuando constates estos síntomas, debes saber que es el momento de acudir a la clínica:

inmediatamente, si has roto aguas;

cuando las contracciones son regulares, si es que aún no has perdido aguas (contracciones cada quince minutos si el domicilio está cerca de la clínica).

Asimismo, debes saber que no debes ingerir nada a partir del momento en que creas haber comenzado la primera fase del parto,
ni siquiera agua.

En efecto, una imprevista complicación puede hacer necesario el
uso de la anestesia durante el parto.

domingo, 20 de marzo de 2011

El Parto - Gale Control Theory



Algunas nociones teóricas
Hasta hace muy poco, nuestra concepción del funcionamiento del dolor era muy simplista. Una estimulación excesiva en un punto cualquiera del cuerpo originaba una información, un «estímulo», es decir una reacción electroquímica.

Dicho estímulo, transformado en impulso nervioso, recorría los nervios hasta la médula espinal —contenida en la columna vertebral—, la cual lo enviaba al cerebro. Allí, el estímulo era descifrado e interpretado como dolor.

Ese esquema demasiado sencillo no explica en qué consiste realmente el dolor, así como tampoco explica ciertos hechos paradójicos: los intensos dolores que los amputados perciben a veces en su miembro desaparecido (dolores fantasma); la anestesia «psicológica» (como es el caso del soldado herido en combate y que en ocasiones, impulsado por la acción, puede continuar combatiendo sin siquiera darse cuenta de que se halla herido); los dolores anulados de modo inconsciente por el propio cerebro (como ocurre con el automovilista herido en un accidente, el cual, a pesar de su pierna rota, se aleja por su propio pie del vehículo en llamas; el cerebro concede prioridad a la orden motora —alejarse— sobre la sensitiva el dolor—); los dolores voluntariamente atenuados, incluso a veces suprimidos, por medio de ciertas técnicas orientales de dominio de la mente sobre el cuerpo.

Una nueva teoría, formulada por los investigadores R. MalzackyP. Wall, podna contribuir a esclarecer los mecanismos del dolor, explicar loS casos inexplicables y suministrar un vasto campo de acción para la supresión real de los fenómenos dolorosos durante el nacimiento.

A esta teoría se la denomina gale control theory (teoría de las compuertas de seguridad), ya que supone que las vías utilizadas por el impulso nervioso doloroso no son vías pasivas, sino que están provistas de «compuertas», de medios de inhibición del dolor, cuando éste alcanza ciertos niveles. Dichas compuertas estarían situadas en la médula espinal y sobre todo en el cerebro.

El cierre o no cierre de las compuertas, es decir, la inhibición o la persistencia de la sensación dolorosa, no es automático, sino que puede estar influenciado por las experiencias pasadas, el inconsciente, el temor, las emociones, etcétera. Esta teoría es pues la primera en proporcionar una explicación válida de los fenómenos dolorosos que acontecen en el parto. La sensación muscular de la contracción uterina no debería ser percibida normalmente como dolorosa.

Es el temor ancestral a lo desconocido y la idea de la muerte, asociados de modo inconsciente al nacimiento, lo que ha transformado en dolorosa una sensación que a! principio no tenía ninguna razón para serlo. El temor a lo desconocido se remonta al alba de la humanidad. A él se asoció la idea de la muerte, pues, durante milenios, la muerte de la mujer en el parto se manifestó como una cruel posibilidad. Finalmente, el miedo al dolor vino a completar el círculo vicioso, origen de perturbaciones en el funcionamiento de las compuertas.

viernes, 18 de marzo de 2011

La preparación para el Parto



Vamos a abordar ahora el tema más importante, tanto para ti como para tu hijo: la preparación para ese acto extraordinario que es el nacimiento.

Es curioso comprobar que tan sólo desde hace algunas décadas resulta evidente la noción de que el parto es un acontecimieito lo bastante excepcional en la vida de una mujer como para justificar y requerir que Se prepare para el mismo con todo cuidado.

Debes consagrar los tres últimos meses del embarazo a dicha preparación, la cual te asegurará un alumbramiento sin problemas.
Por supuesto, debes seguir los cursos organizados por la clínica, pero de momento me parece necesario ayudarte a esa preparición dándote el máximo de información posible, a fin de que saques mayores beneficios.

Esa preparación tiene dos objetivos
Ante todo, debo explicarte lo que ocurrirá en el momento del parto, a fin de que no vivas ese instante excepcional pa sivamente, sufriéndolo, sino que, por el contrario, participes con plena conciencia en el acto maravilloso de dar la vida. Participación y cooperación con los que estarán junto a ti para ayudarte, el médico y la comadrona.

Antaño, la futura madre abordaba con terror el fin del embarazo, terror exacerbado a menudo por los relatos horribles que su familia o sus amigas no olvidaban contarle. El viejo anatema «parirás con dolor», herencia discutible de nuestra civilización judeocristiana, era sentido como una prueba inevitable, a la que ninguna mujer podía ni debía sustraerse.

El parto suponía la prueba ineludible para la mujer, al igual que la guerra o el servicio militar lo eran para el hombre, y las mujeres se contaban unas a otras las incidencias de sus alumbramientos, del mismo modo que los hombres comentaban sus campañas.

En la actualidad, el nacimiento debe ser considerado como un acontecimiento ciertamente excepcional, pero en el que la fascinación y la alegría predominan sobre cualquier otro sentimiento.

sábado, 5 de marzo de 2011

El Parto - como calcular la fecha


¿Cómo calcular la fecha del parto?
La duración del embarazo es de nueve meses o 275 días a partir del día de la fecundación, es decir de la unión de un óvulo con un espermatozoide. La dificultad de fijar la fecha del parto dimana del hecho de que no hay manera de saber con seguridad la fecha de la concepción. A nivel esquemático, existen dos métodos para calcular la fecha probable del parto.

El primer método consiste en añadir 40 semanas a la fecha en que se produjo la última menstruación. Este método, muy empleado por los anglosajones, tiene la ventaja de estar basado en una fecha fácil de determinar, la del primer día de la última menstruación, si bien cerca de un 25 % de mujeres son incapaces de decir cuándo se produjo ésta.

El embarazo se mide en semanas a partir de dicha fecha; un embarazo de 12 semanas es aquel en que han transcurrido 12 semanas desde el primer día de la última regla. Este método tiene el inconveniente de no tener en cuenta el comienzo real del embarazo, el cual no coincide desde luego con la última regla, sino con la ovulación que sigue a ésta.

El período que media entre el primer día del ciclo menstrual y la ovulación es de 13 días, como término medio, si bien puede variar de una a tres e incluso cuatro semanas de una mujer a otra; influye sobre todo la longitud del ciclo: cuanto más largo es éste, más lo es el período preovulatorio.

Al no considerarse estas diferencias, puede fácilmente cometerse un error de una o dos semanas en la apreciación de la fecha probable del alumbramiento, fijada 40 semanas después de la última regla.

El segundo método consiste en determinar con la mayor exactitud posible la fecha de la ovulación, que coincide, con un error de unas veinticuatro horas, con la fecha de fecundación, es decir con el comienzo real del embarazo; a esta fecha hay que añadir nueve meses o 275 días.