Es evidente que toda señora en trance de parto presenta un estado psíquico muy especial: una mayor agitación, falta de control en los gestos, en la mímica y a veces también, sobre todo en pleno trabajo de parto, en la palabra. En general reacciones desacostumbradas, se hacen presentes durante el parto. Si a esto agregamos sus escasos conocimientos en relación al parto, sus diferentes problemas, de diversa índole (social, económicos, familiares), que la perturban psíquicamente, podemos entender que cuando el parto se inicia, no está en las mejores condiciones para enfrentarlo.
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