Con cada contracción uterina, parten desde el cuello del útero diversas sensaciones que la parturienta va registrando. A medida que el parto progresa, las contracciones se hacen más intensas y cada vez más frecuentes. La corteza cerebral sufre un verdadero bombardeo de, excitaciones, que la parturienta no sabe reconocer. Lo único que ella sabe en relación a su parto, porque lo ha sentido decir durante toda su vida, es de la necesidad del dolor para que el parto se produzca. Es decir, fue preparada para sufrir. A través de una mala educación le henos ido desarrollando un reflejo condicionado doloroso, de tal manera que hemos grabado en. su cerebro la noción de contracción = dolor y lógicamente esto se transforma durante el parto en realidad, mucho más firme, más indiscutible, si se trata de señoras que ya han tenido hijos
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