La imagen de la madre había desaparecido definitivamente.
La mujer moderna se halla a solas con su miedo, frente a la ciencia, ,i sus máquinas electrónicas y al hombre vestido de blanco.
Esta nueva teoría explica a la perfección los excelentes resultados obtenidos con el método de preparación psicoprofi láctica para el parto, más conocido por la impropia denominación de preparación para el parto sin dolor (PSD).
Antes de hablarte de las dos corrientes de pensamiento (Read y Pavlov) que han conducido al PSD tal como se suele practicar en la actualidad, querría señalar otra deducción que se desprende de la Icoría de las compuertas.
El cerebro parece ser capaz de reajustar el nivel a partir del cual se inhibe el dolor. Parecería que cuanto más se lucha contra el dolor, más se retarda el cierre de la compuerta; y cuanto mayor es la aceptación del dolor, más se favorece el cierre de la misma y con él la desaparición del dolor.
Nos parece más cierto, médica y científicamente hablando, admitir que las contracciones uterinas del parto son fisiológicas y no deberían ser dolorosas —ya que el dolor no se halla inscrito a nivel genético—, y que la sensación ligada a la percepción de la contracción uterina ha sufrido una modificación, una perturbación de orden cerebral.
El útero puede sufrir, al igual que oíros órganos internos —como el estómago por ejemplo—, influencias externas e internas que modifican su trabajo y modifican asimismo, a nivel cerebral, la traducción, la integración de la percepción de las excitaciones de que es objeto; tales influencias externas e internas son capaces de perturbar las sensaciones que van del útero al cerebro, y viceversa. [...] Nos parece que el dolor de la parturienta no es sino la expresión de la huella mnésíca o de la pantalla de una potente angustia inscrita en un cierto nivel superior de su cerebro. Nos parece incluso que ese dolor representa a ¡a vez la expresión y la pantalla de la angustia de la muerte y de un sentimiento femenino de culpa.