Lógicamente, la piel del vientre se ha distendido. Está blanda, flaccida. De todos modos, como ya te he dicho, por muy espectacular que parezca, la situación no es tan grave. Todo volverá pronto a la normalidad, por poco que adoptes una alimentación rica en proteínas y que no olvides la sesión diaria de gimnasia.
Hablemos ahora del aspecto de la piel. Ha llegado el momento de transformarla.
Tal vez hayas sudado mucho durante el parto y se te haya deshidratado particularmente la piel. Tan pronto como puedas, date una ducha y, una vez seca, fricciónate con un guante de crin o con una esponja seca del tipo llamado loo/a. Esta fricción dará como resultado desembarazar tu piel de todas las impurezas que le impiden respirar normalmente.
Lo ideal es proceder después de la fricción a un descamado del cuerpo. Se venden ahora en las farmacias y en las perfumerías lociones descamadoras, o pelling, que, al afinar el grano de la piel, aceleran la renovación celular y permiten que penetren mejor los productos con que vas a cuidarla.
Después de la fricción y el descamado, hay que nutrir la piel para hacerla más suave y más sedosa. Aplícate en todo el cuerpo ya sea una leche limpiadora, ya sea una crema hidratante y tónica, ya sea un aceite. No te des demasiados baños calientes, puesto que perjudican la tonicidad de la epidermis.
Tal vez hayas advertido después del parto la presencia de una raya oscura central que va del pubis al ombligo. No te preocupes. Desaparecerá por sí misma en los meses siguientes. Sin embargo, se ha de tomar una precaución: no la expongas al sol si quieres que se atenúe rápidamente.
Si se han formado veteaduras en tu cuerpo durante el embarazo, te darás cuenta de que te han dejado en la piel pequeños rastros blancos, un poco nacarados. Desgraciadamente, en el estado actual de nuestros conocimientos, no se puede hacer nada para suprimirlas, ni siquiera recurriendo a la cirugía estética, ya que no hay manera de devolver a la piel su elasticidad.
Muchas mujeres se quejan de padecer de celulitis después del parto. En realidad, el embarazo no la aumenta en un grado apreciable, pero se la confunde a menudo con una hinchazón debida a una mala circulación sanguínea y linfática. La gimnasia, el caminar y la natación son los mejores ejercicios para hacer desaparecer esta infiltración. Si no basta con eso, lo ideal es recurrir a un buen kinesitera-peuta para una serie de masajes.
Hablemos ahora del aspecto de la piel. Ha llegado el momento de transformarla.
Tal vez hayas sudado mucho durante el parto y se te haya deshidratado particularmente la piel. Tan pronto como puedas, date una ducha y, una vez seca, fricciónate con un guante de crin o con una esponja seca del tipo llamado loo/a. Esta fricción dará como resultado desembarazar tu piel de todas las impurezas que le impiden respirar normalmente.
Lo ideal es proceder después de la fricción a un descamado del cuerpo. Se venden ahora en las farmacias y en las perfumerías lociones descamadoras, o pelling, que, al afinar el grano de la piel, aceleran la renovación celular y permiten que penetren mejor los productos con que vas a cuidarla.
Después de la fricción y el descamado, hay que nutrir la piel para hacerla más suave y más sedosa. Aplícate en todo el cuerpo ya sea una leche limpiadora, ya sea una crema hidratante y tónica, ya sea un aceite. No te des demasiados baños calientes, puesto que perjudican la tonicidad de la epidermis.
Tal vez hayas advertido después del parto la presencia de una raya oscura central que va del pubis al ombligo. No te preocupes. Desaparecerá por sí misma en los meses siguientes. Sin embargo, se ha de tomar una precaución: no la expongas al sol si quieres que se atenúe rápidamente.
Si se han formado veteaduras en tu cuerpo durante el embarazo, te darás cuenta de que te han dejado en la piel pequeños rastros blancos, un poco nacarados. Desgraciadamente, en el estado actual de nuestros conocimientos, no se puede hacer nada para suprimirlas, ni siquiera recurriendo a la cirugía estética, ya que no hay manera de devolver a la piel su elasticidad.
Muchas mujeres se quejan de padecer de celulitis después del parto. En realidad, el embarazo no la aumenta en un grado apreciable, pero se la confunde a menudo con una hinchazón debida a una mala circulación sanguínea y linfática. La gimnasia, el caminar y la natación son los mejores ejercicios para hacer desaparecer esta infiltración. Si no basta con eso, lo ideal es recurrir a un buen kinesitera-peuta para una serie de masajes.