«Suba usted ahí», dice el ginecólogo, señalando un poco la balanza con ademán autoritario. Y tú piensas, sintiéndote ya culpable: «¡Dios mío! ¿No habré engordado demasiado? ¿Y si tiene la balanza estropeada?
¿Y si no marca lo mismo que la mía?»
Una amiga mía, durante su primer embarazo, tenía un propensión muy marcada a deslizarse por la resbaladiza pendiente de su afición natural a los dulces.
No encontró nada mejor que ayunar durante cuarenta y ocho horas antes de las visitas mensuales al ginecólogo. Tan pronto como salía de la consulta, se precipitaba a la pastelería de enfrente...
Uno de los papeles del médico durante el embarazo consiste en vigilar tu peso. Cuando has engordado con exceso, te aconseja por regla general que «tengas cuidado» hasta la próxima visita. Normalmente, un mes después, el peso está ya controlado. Pero, entretanto, arréglatelas como puedas... Habrás de seguir el régimen y de equilibrarlo bien por ti misma. Voy a enseñarte a hacerlo, ya que no se pierden unos kilos suprimiendo lo primero que a una se le ocurre.
A partir del cuarto mes, la ración alimenticia aumenta en 200 calorías al día por término medio. Más que suficiente, ya que las necesidades del niño se incrementan poco. Mantente en esta cantidad durante el cuarto y el quinto mes. Un aumento mayor provocaría muy pronto un exceso de peso, como le sucede a la mayoría de las mujeres.
200 calorías las contienen, por ejemplo:
— 100 g de carne de vaca,
— tres huevos,
— cuatro yogures naturales,
— 25 g de mantequilla,
— diez cuadradillos de azúcar (o sea, 50 g),
— seis biscottes,
— veinte patatas fritas a la inglesa,
— 50 g de cantal o de gruyere,
— 80 g de pan, es decir, aproximadamente un tercio de una barra de cuarto.
— 40 g de chocolate.
Todos esos alimentos aportan unas 200 calorías.
¿Y si no marca lo mismo que la mía?»
Una amiga mía, durante su primer embarazo, tenía un propensión muy marcada a deslizarse por la resbaladiza pendiente de su afición natural a los dulces.
No encontró nada mejor que ayunar durante cuarenta y ocho horas antes de las visitas mensuales al ginecólogo. Tan pronto como salía de la consulta, se precipitaba a la pastelería de enfrente...
Uno de los papeles del médico durante el embarazo consiste en vigilar tu peso. Cuando has engordado con exceso, te aconseja por regla general que «tengas cuidado» hasta la próxima visita. Normalmente, un mes después, el peso está ya controlado. Pero, entretanto, arréglatelas como puedas... Habrás de seguir el régimen y de equilibrarlo bien por ti misma. Voy a enseñarte a hacerlo, ya que no se pierden unos kilos suprimiendo lo primero que a una se le ocurre.
A partir del cuarto mes, la ración alimenticia aumenta en 200 calorías al día por término medio. Más que suficiente, ya que las necesidades del niño se incrementan poco. Mantente en esta cantidad durante el cuarto y el quinto mes. Un aumento mayor provocaría muy pronto un exceso de peso, como le sucede a la mayoría de las mujeres.
200 calorías las contienen, por ejemplo:
— 100 g de carne de vaca,
— tres huevos,
— cuatro yogures naturales,
— 25 g de mantequilla,
— diez cuadradillos de azúcar (o sea, 50 g),
— seis biscottes,
— veinte patatas fritas a la inglesa,
— 50 g de cantal o de gruyere,
— 80 g de pan, es decir, aproximadamente un tercio de una barra de cuarto.
— 40 g de chocolate.
Todos esos alimentos aportan unas 200 calorías.
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