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martes, 22 de febrero de 2011

Dolores en el Embarazo - dolores musculares y articulares


Son frecuentes y diversos. Puede tratarse de calambres o bien de un persistente dolor. Con mucha frecuencia se localizan al nivel del vientre, y se deben a la presión que el dilatado útero ejerce sobre los distintos órganos abdominales. Es fácil comprender que, dado el considerable espacio ocupado por el útero, dichos órganos se hallen faltos de espacio.

Así por ejemplo, puede presionar el hígado y la vesícula biliar, en el lado derecho, así como el bazo, provocando dolores altos, que los movimientos y patadas del niño no hacen sino intensificar.

Más abajo, la cabeza del niño tiende a comprimir la vejiga, por delante, y los ángulos intestinales, a ambos lados, así como los vasos sanguíneos de la pelvis menor, lo que produce varices internas, origen de dolores «al nivel de los ovarios» (por supuesto, no son los ovarios los que duelen).

El útero puede asimismo ejercer presión sobre los numerosos nervios que recorren la pelvis menor, ocasionando dolores de ciática, que se extienden hacia la pierna.

A causa de su peso, el útero exagera igualmente el arqueo de la columna vertebral, lo que acaba por provocar fatiga y dolores dorsales,, sobre todo por la noche o tras permanecer en pie o sentada demasiado tiempo.

Finalmente, puede tratarse de un auténtico dolor generalizado de los huesos pélvicos, de origen poco conocido.

Todos los procesos dolorosos citados se deben en resumidas cuentas ajt considerable volumen ocupado por el útero, a la molesta presión que ejerce sobre los demás órganos y al incremento de esfuerzo que impone a la columna vertebral. Debido a este origen esencialmente mecánico, es muy difícil que el médico pueda aliviarte.

Quizá te prescriba vitaminas B y C y sales de potasio, cuyos efectos no siempre resultan evidentes. Pero es esencial que evites fatigarte inútilmente, permanecer de pie o caminar demasiado tiempo, así como transportar un exceso de peso o dormir sobre un colchón muy blando.

En caso de ciática particularmente dolorosa, puedes tomar aspirinas, siempre con moderación.

lunes, 14 de febrero de 2011

Malestares del Embarazo - nauseas, vómitos y dolores


Las pequeñas molestias que aparecen a lo largo del embarazo a menudo se intensifican en los últimos meses. Debes hablar de ellas al médico y no descuidarlas, ya que pueden ser síntoma de una afección más grave. Incluso aunque sean de índole benigna, que por suerte es el caso más frecuente, merecen que le pidas a tu médico un atamiento adecuado.

Nauseas y vómitos
Se suele decir que forman parte del cuadro normal de los tres puñeros meses del embarazo, ya que se hallan presentes en más de la mitad de las mujeres encinta; sin embargo, deben desaparecer espontáneamente a partir del cuarto mes.

Su anormal persistencia más allá de éste sería síntoma de una enfermedad preexistente, del eslómago o de la vesícula biliar sobre todo.
La presencia de vómitos al final del embarazo puede suponer la existencia de una complicación específica del último trimestre del embarazo: la toxemia. No dejes pues de informar al médico.

Dolores y ardores gástricos (pirosis)
La pirosis es una sensación de ardor que sube del estómago hacia la boca. A menudo de gran intensidad, sobreviene generalmente después de las comidas.

El tratamiento de esta dolencia consiste en la ingestión de ciertos productos, en particular gel de aluminio.

El bicarbonato sódico, así como todos los medicamentos que lo contienen, está contraindicado; por una parte, no hace sino aumentar los trastornos, y por otra, aporta una considerable cantidad de sodio, lo que facilita la retención de líquidos. Debes suprimir de tu alimentación todos los alimentos ácidos (cítricos, tomates, ciertos zumos de fruta, ensaladas y platos a base de vinagre), el vino blanco y el tinto tipo beaujolais y los preparados demasiado salados (la mayoría de fiambres y embutidos). En lugar de las dos comidas fuertes tradicionales, es mejor tomar varias comidas ligeras.