El método Read
Ninguna obra sobre el alumbramiento puede dejar de referirse a la iluminación que tuvo Read mientras atendía un parto en una mísera vivienda de Whitechapel, donde, conmovido por la actitud de la parturienta, tuvo la revelación de que «aquello no debía de doler».
Tal es en efecto la idea inicial sustentada por Read: el parto es un fenómeno fisiológico normal, y como tal no tiene por qué ser doloroso. Para Read, el dolor debe ser considerado siempre como una señal de alarma que manifiesta alguna anormalidad.
¿Cuál es entonces la razón de que las mujeres sufran en el curso de un parto normal?
En primer lugar, y ante todo, porque tienen miedo: miedo de lo desconocido que todo alumbramiento supone, miedo también a causa de la tradición firmemente establecida que hace que cada madre cuente a su hija, a fin de «instruirla» y con todo lujo de detalles, los horribles dolores de sus propios partos (con igual secreto orgullo que el padre cuando narra sus campañas militares).
Ese temor origina lo que Read denomina «tensión»: tensión tísica, de los músculos de la zona abdominopélvica, primera causa de dolor; tensión psicológica también, que intensifica aún más los fenómenos dolorosos.
Así pues, la tensión, provocada por el temor, es la causa directa del dolor, por irritación de las numerosas terminaciones sensitivas existentes en la pelvis y en el útero.
De ahí la célebre tríada: temor = tensión = dolor, que resume las concepciones de Read.
Partiendo de esa base, Read elabora del modo más empírico un método de preparación que se propone suprimir el dolor suprimiendo el temor y la tensión. Para suprimir el temor emplea la educación (que elimina el factor de desconocimiento) y, en cierta medida, la sugestión. Para suprimir la tensión preconiza la tranquilidad voluntaria, es decir, la relajación.
Ninguna obra sobre el alumbramiento puede dejar de referirse a la iluminación que tuvo Read mientras atendía un parto en una mísera vivienda de Whitechapel, donde, conmovido por la actitud de la parturienta, tuvo la revelación de que «aquello no debía de doler».
Tal es en efecto la idea inicial sustentada por Read: el parto es un fenómeno fisiológico normal, y como tal no tiene por qué ser doloroso. Para Read, el dolor debe ser considerado siempre como una señal de alarma que manifiesta alguna anormalidad.
¿Cuál es entonces la razón de que las mujeres sufran en el curso de un parto normal?
En primer lugar, y ante todo, porque tienen miedo: miedo de lo desconocido que todo alumbramiento supone, miedo también a causa de la tradición firmemente establecida que hace que cada madre cuente a su hija, a fin de «instruirla» y con todo lujo de detalles, los horribles dolores de sus propios partos (con igual secreto orgullo que el padre cuando narra sus campañas militares).
Ese temor origina lo que Read denomina «tensión»: tensión tísica, de los músculos de la zona abdominopélvica, primera causa de dolor; tensión psicológica también, que intensifica aún más los fenómenos dolorosos.
Así pues, la tensión, provocada por el temor, es la causa directa del dolor, por irritación de las numerosas terminaciones sensitivas existentes en la pelvis y en el útero.
De ahí la célebre tríada: temor = tensión = dolor, que resume las concepciones de Read.
Partiendo de esa base, Read elabora del modo más empírico un método de preparación que se propone suprimir el dolor suprimiendo el temor y la tensión. Para suprimir el temor emplea la educación (que elimina el factor de desconocimiento) y, en cierta medida, la sugestión. Para suprimir la tensión preconiza la tranquilidad voluntaria, es decir, la relajación.
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