Maternaje y tradición ancestral
El hombre,- con su largo período de edad temprana y su preadoles-cencia prolongada, con su excepcional plasticidad, tiene todavía muchas más probabilidades que las ratas y los gatos de dejarse influir por las estimulaciones en su primera infancia.
En Uganda, el niño medio, educado según las costumbres de dicho país, camina a la edad de diez meses, si no es a los siete. El niño ugandés es vigilado de muy cerca por su madre, quien lo lleva con ella a todas partes, acechando con cuidado sus menores deseos. En cuanto intenta sentarse o levantarse, ella le ayuda.
En cuanto intenta hablar, le anima a que lo haga. Entre el quinto y el séptimo mes, el bebé ugandés alcanza el estadio de los bebés europeos dos meses mayores por lo que respecta a la aptitud de hablar, de adaptarse, de comunicarse con el entorno. No obstante, los niños ugan-deses criados por padres que han adoptado las costumbres europeas no muestran ninguna precocidad más allá del primer mes.
MARILYN FERGUSON, La Révolution du cerveau.
El hombre,- con su largo período de edad temprana y su preadoles-cencia prolongada, con su excepcional plasticidad, tiene todavía muchas más probabilidades que las ratas y los gatos de dejarse influir por las estimulaciones en su primera infancia.
En Uganda, el niño medio, educado según las costumbres de dicho país, camina a la edad de diez meses, si no es a los siete. El niño ugandés es vigilado de muy cerca por su madre, quien lo lleva con ella a todas partes, acechando con cuidado sus menores deseos. En cuanto intenta sentarse o levantarse, ella le ayuda.
En cuanto intenta hablar, le anima a que lo haga. Entre el quinto y el séptimo mes, el bebé ugandés alcanza el estadio de los bebés europeos dos meses mayores por lo que respecta a la aptitud de hablar, de adaptarse, de comunicarse con el entorno. No obstante, los niños ugan-deses criados por padres que han adoptado las costumbres europeas no muestran ninguna precocidad más allá del primer mes.
MARILYN FERGUSON, La Révolution du cerveau.