¿En que consiste la presentación de nalgas?
En el 98 % de los casos, el niño presenta la cabeza hacia abajo al salir del útero. En el 2 % restante presenta las nalgas. Esta anomalía se debe, generalmente, a que no se ha producido la rotación del niño en el interior del útero hacia el séptimo mes del embarazo.
En efecto, hasta ese momento el niño se encuentra en posición sentada en el útero; después gira a fin de presentar la cabeza en primer lugar, de cara a la salida (puesto que, siendo la porción más voluminosa, abrirá paso al resto del cuerpo).
Este parto es en general un poco más largo que aquel en que se presenta la cabeza, y es asimismo algo más peligroso para el niño, en base a ciertas complicaciones imprevisibles que pueden surgir (levantamiento de los brazos, detención de la progresión de la cabeza). Hay que tener en cuenta que esta variedad de alumbramiento se efectúa, en cierto modo, «a contrapelo»; de ahí su dificultad.
Eso explica que, cada vez con mayor frecuencia, los parteros utilicen la cesárea para esta presentación, sobre todo cuando se trata de una primeriza o de un bebé de gran tamaño. El riesgo es mucho menor en las mujeres que ya han dado a luz varias veces, o en el caso de un feto pequeño.
En el 98 % de los casos, el niño presenta la cabeza hacia abajo al salir del útero. En el 2 % restante presenta las nalgas. Esta anomalía se debe, generalmente, a que no se ha producido la rotación del niño en el interior del útero hacia el séptimo mes del embarazo.
En efecto, hasta ese momento el niño se encuentra en posición sentada en el útero; después gira a fin de presentar la cabeza en primer lugar, de cara a la salida (puesto que, siendo la porción más voluminosa, abrirá paso al resto del cuerpo).
Este parto es en general un poco más largo que aquel en que se presenta la cabeza, y es asimismo algo más peligroso para el niño, en base a ciertas complicaciones imprevisibles que pueden surgir (levantamiento de los brazos, detención de la progresión de la cabeza). Hay que tener en cuenta que esta variedad de alumbramiento se efectúa, en cierto modo, «a contrapelo»; de ahí su dificultad.
Eso explica que, cada vez con mayor frecuencia, los parteros utilicen la cesárea para esta presentación, sobre todo cuando se trata de una primeriza o de un bebé de gran tamaño. El riesgo es mucho menor en las mujeres que ya han dado a luz varias veces, o en el caso de un feto pequeño.