La hornada es algo que no he hecho en mucho tiempo. Me encanta hornear y hornear han sido bastante regularidad desde que tenía ocho años de edad. La única vez que no me he sentido inclinado a hornear ha sido durante mis primeros trimestres.
Por supuesto que ha habido momentos en los que realmente quiero para hornear y decide no dada la cantidad de "calorías vacías" Tiendo a comer cuando hornear, y es muy difícil perder el peso del bebé recién horneados con una docena de galletas de chocolate tentado de darse el gusto. Recientemente, me di por vencido comer dulces de todo tipo para la Cuaresma, que fue seguido directamente por enfermedad de la mañana en el día de Pascua. Ni que decir, tuve que intencionalmente y asquerosamente renunciado a los dulces durante casi cuatro meses.
Ahora que mi enfermedad de la mañana se ha calmado, me sentí atraído a hornear de nuevo. Afortunadamente, el tiempo de verano está lleno de un montón de cumpleaños en mi familia, así que he tenido muchas oportunidades para hornear sin sentirse culpable ... y sin comer más de una porción de mí mismo (con un montón de familia para ayudar a consumir estas delicias al horno). Hemos estado invitando a la familia extendida a ayudarnos a celebrar los cumpleaños que se traduce en pasteles (o lo que sea) que se consumen sin sobras.
Además he estado probando recetas de bizcochos para la ducha de mi hermana bebé próximo. Tiendo a ser perfeccionista y no quiero sorpresas (fusión o glaseado pastel no ser húmedo, etc) el día de la ducha. Gusto por supuesto, es de suma importancia y si no me gusta lo que hornear, yo no lo voy a hacer para la ducha.
Con un poco de investigación y un montón de "pruebas", creo que por fin tengo la magdalena mágicamente perfecto y helar recetas! Puedo enviar la mayor parte de los productos terminados con mis hermanas para quitar mi propia tentación (y la tentación de mi marido ... él comería todos ellos si lo dejo!).
En lo que se refiere al embarazo, no soy postres ansias más de lo que lo haría si no estuviera embarazada. La única diferencia es que mi espalda apetito y la energía para cocinar lo que nunca quiero a (que es una especie de peligroso)! Pero con el continuo énfasis en la buena nutrición y el ejercicio y, por supuesto, limitar los dulces, tener una magdalena o flan aquí o allí es un lujo bien merecido. El crecimiento de un bebé es un trabajo duro!
Por supuesto que ha habido momentos en los que realmente quiero para hornear y decide no dada la cantidad de "calorías vacías" Tiendo a comer cuando hornear, y es muy difícil perder el peso del bebé recién horneados con una docena de galletas de chocolate tentado de darse el gusto. Recientemente, me di por vencido comer dulces de todo tipo para la Cuaresma, que fue seguido directamente por enfermedad de la mañana en el día de Pascua. Ni que decir, tuve que intencionalmente y asquerosamente renunciado a los dulces durante casi cuatro meses.
Ahora que mi enfermedad de la mañana se ha calmado, me sentí atraído a hornear de nuevo. Afortunadamente, el tiempo de verano está lleno de un montón de cumpleaños en mi familia, así que he tenido muchas oportunidades para hornear sin sentirse culpable ... y sin comer más de una porción de mí mismo (con un montón de familia para ayudar a consumir estas delicias al horno). Hemos estado invitando a la familia extendida a ayudarnos a celebrar los cumpleaños que se traduce en pasteles (o lo que sea) que se consumen sin sobras.
Además he estado probando recetas de bizcochos para la ducha de mi hermana bebé próximo. Tiendo a ser perfeccionista y no quiero sorpresas (fusión o glaseado pastel no ser húmedo, etc) el día de la ducha. Gusto por supuesto, es de suma importancia y si no me gusta lo que hornear, yo no lo voy a hacer para la ducha.
Con un poco de investigación y un montón de "pruebas", creo que por fin tengo la magdalena mágicamente perfecto y helar recetas! Puedo enviar la mayor parte de los productos terminados con mis hermanas para quitar mi propia tentación (y la tentación de mi marido ... él comería todos ellos si lo dejo!).
En lo que se refiere al embarazo, no soy postres ansias más de lo que lo haría si no estuviera embarazada. La única diferencia es que mi espalda apetito y la energía para cocinar lo que nunca quiero a (que es una especie de peligroso)! Pero con el continuo énfasis en la buena nutrición y el ejercicio y, por supuesto, limitar los dulces, tener una magdalena o flan aquí o allí es un lujo bien merecido. El crecimiento de un bebé es un trabajo duro!
