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Bebés gemelos: Similares pero diferentes

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martes, 31 de mayo de 2011

Primera Etapa de nacimiento


Es el fin del embarazo. Este período se halla dominado, tanto lisica como psicológicamente, por la noción de unión con la madre.
Las condiciones para el niño son entonces óptimas: seguridad, protección, medio líquido y tibio, agradable, y satisfacción de todas las necesidades: nutritivas por medio del cordón umbilical, urinarias por la micción en el medio amniótico (no hay función intestinal, por lo tanto tampoco hay deposiciones).

Esta beatitud puede sin embargo verse alterada. De modo ocasional y superficial, por ruidos externos demasiado intensos, por sacudidas sufridas por la madre, por una molestia pasajera de ésta, por el uso del tabaco o del alcohol, por el examen del ginecólogo, por las relaciones sexuales, etc. La alteración puede ser más duradera y de mayor gravedad a causa de cualquiera de las enfermedades propias del embarazo (hipertensión arterial, toxemia gravídica, choque por el factor Rh), del miedo o la angustia de la madre, de un trabajo penoso efectuado por ésta, etcétera.

A pesar de que todas esas agresiones son bien conocidas por la medicina oficial, ésta sólo ve en ellas la posibilidad de una repercusión en la salud del niño.

Las exploraciones por medio del LSD revelan que el niño puede asimismo sentir esas agresiones a nivel psíquico, con sensación de incomodidad, dolores, angustia, etc., y memorizar después esos recuerdos incómodos de su inconsciente, del que podrán «extraerlos» los métodos psicoterapéuticos ya mencionados. La sabiduría popular ya había reconocido, desde hace tiempo, la influencia de la ansiedad o la angustia de la madre sobre el desarrollo del embarazo y sobre el psiquismo del niño.

En este estadio, las descripciones suministradas por los sujetos experimentales son todas parecidas. Se describen como de tamaño muy pequeño, con la característica desproporción entre el volumen de la cabeza y el del resto del cuerpo (sabemos que el recién nacido tiene una cabeza proporcionalmente mucho mayor que la del adulto).

Pueden sentir el líquido que los baña e incluso a veces el cordón umbilical. Esas percepciones se hallan asociadas a una impresión psíquica de completa felicidad, de fusión perfecta en la unidad cósmica. Los sentimientos mencionados con mayor frecuencia son: paz, tranquilidad, alegría, serenidad, beatitud, esplendor y plenitud del ser, trascendencia del tiempo y el espacio. Todos señalan que las palabras del lenguaje ordinario son insuficientes para traducir la naturaleza de esa sensación y su significado.

domingo, 29 de mayo de 2011

Alimentación en el embarazo - Los huevos


Los huevos

Los huevos constituyen una mina de buenas recetas con pocas calorías:

— huevos duros;
— huevos revueltos en la sartén de teflón con tomate, setas, cebolletas, etc.;
— tortilla a la francesa (siempre en la sartén de teflón, a fuego lento, sin grasa);
— piperada de hortalizas (plato vasco): huevos revueltos con hortalizas diversas, calabacines, berenjenas, tomates, hierbas, etc.

Los huevos permiten también hacer soufflés o flanes, salados o dulces.

Soufflé salado, para una persona:
Dos yemas de huevo, sal, pimienta, hierbas, unos trocitos de jamón (facultativo). Batir las claras a punto de nieve (con una pizca de sal); mezclarlo todo. Meterlo en el horno a temperatura mediana, en un molde especial para soufflés (moldes que no se pegan). Alrededor de diez minutos de cocción.

Soufflé dulce:
Igual que el anterior, pero sin jamón, claro está. Reemplazar la sal por un edulcorante. Añadir una vaina de vainilla y una gota de licor, si te apetece. A fuego vivo, te saldrá un soufflé; a fuego mediano, un flan, que se come caliente o frío.
La clásica «isla flotante» se puede hacer con leche desnatada + edulcorante + yemas de huevo + claras de huevo batidas a punto de nieve firme y puestas encima.

(Veremos más adelante otras recetas a base de huevo, cuando hablemos de los productos lácteos desnatados.)
Piensa en utilizar las providenciales claras (una clara = 20 calorías). Batida a punto de nieve muy firme con un edulcorante (y siempre con una pizca de sal), hace muy buen efecto sobre un café helado o caliente, creando un «café de Lieja», que te quitará el hambre durante la jornada.

viernes, 27 de mayo de 2011

Experiencia perinatal - traumas en el nacimiento


La experiencia perinatal del recién nacido puede dividirse en cuatro etapas, que corresponden por otra parte a las cuatro etapas del parto.
La primera etapa es la que precede al período de dilatación, es decir al final del embarazo.

La segunda etapa es la del comienzo de la fase de dilatación y, más tarde, de las contracciones uterinas. Corresponde a lo que los parteros anglosajones denominan the first stage of labor, la primera clapa de la fase de dilatación.

La tercera etapa corresponde a la abertura del útero y al descenso del niño por las vías genitales de la madre. Es lo que los parteros anglosajones denominan the second stage of labor. Cabe destacar que fisiológicamente, este estadio se desarrolla a menudo en concomitancia con el anterior.

La cuarta etapa corresponde a la salida del niño de las vías genitales maternas. Es el third stage of labor de los anglosajones, la tercera etapa de la fase de dilatación.

Veamos cómo vive y sufre el niño esos diversos fenómenos; después comprenderemos mejor por qué es necesario humanizar y dulcificar el nacimiento.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Nacimiento - técnica de regresión


Revivir el nacimiento se está convirtiendo en un pasatiempo de moda, al menos en Estados Unidos. Agrupaciones especializadas prometen por diez dólares un nacimiento revivido. Estas prácticas, aparecidas con mucha frecuencia en la prensa norteamericana e incluso europea, pueden confundir al lector, por lo que me parece necesario realizar algunas aclaraciones.

Esas experiencias norteamericanas, en las que le prometen a uno revivir el nacimiento en una bañera de agua tibia, no corresponden en absoluto a verdaderos nacimientos revividos. Lo que ocurre es que en el agua caliente, en inmersión total y prolongada, aparecen determinadas sensaciones y emociones que condicionan al sujeto a interpretar la experiencia como un nacimiento revivido.

En realidad, no hacen sino proyectar en esa sensación el deseo de revivir su nacimiento, proyección facilitada por el contexto en que se desarrollan este tipo de experiencias.

Revivir el nacimiento constituye un caso concreto de regresión a la infancia. Este tipo de fenómenos son conocidos desde hace mucho en el ámbito del psicoanálisis, y han sido particularmente estudiados y explotados en cuatro dominios determinados: las terapias e investigaciones psicológicas emocionales de origen norteamericano, las ascesis espiritualistas orientales, la hipnosis o, más en general, las técnicas de terapia por sugestión, y las experimentaciones médicas con ciertas drogas psicodélicas como la mescalina, la psilacibina y el LSD, químicamente vecinas de ciertos mediadores cerebrales, como la dopamina y la serotonina.

Revivir el nacimiento no ha sido nunca un fin en sí mismo, sino un acontecimiento fortuito e imprevisible, una regresión como muchas otras, que se manifiesta a veces, si bien muy excepcionalmente, en ciertos sujetos que se libran a experiencias como las citadas.

La regresión en el tiempo no constituye un fin en sí misma. Se trata, o bien de un medio para llegar al conocimiento total del yo real (psicoanálisis, investigaciones psicológicas norteamericanas, terapia por sugestión), o bien de un medio para estudiar una actividad cerebral concreta. En los demás casos, el conocimiento del yo requiere una dura disciplina, una voluntad firme, sacrificios y años de trabajo en el estudio de las ascesis orientales.

lunes, 23 de mayo de 2011

Terapia Primal


La terapia primal

La aproximación más directa [a las emociones inhibidas] viene representada por la «terapia primal» de ArthurJanov. En esa forma de terapia, todo lo que no es emocional es rechazado en bloque por el terapeuta, que conduce siempre al paciente a la expresión de sus emociones presentes y, después, de las pasadas.

Este método lleva a regresiones temporales muy profundas del paciente, el cual puede así revivir episodios muy remotos de su infancia, incluso el trauma del nacimiento. A pesar o, más bien, a causa de su aspecto antiintelectual, la terapia primal permite una exploración de extraordinario alcance del inconsciente, muy superior a la que efectúan las demás terapias, y lleva al sujeto a una comprensión profunda de su comportamiento.

Hacia el final del siglo XIX, Freud y Breuer habían descubierto la significación fundamental de las inhibiciones emocionales en la etiología de los trastornos psicológicos.

Desgraciadamente, ambos pertenecen a la sociedad «Victoriano», que sentía horror por las emociones, y ellos mismos se encontraban incómodos frente a una expresión emocional violenta. Esa fue la causa de que Freud prefiriese orientarse hacia la constitución de una obra abstracta, antes que acometer directamente las emociones inhibidas de sus pacientes.

domingo, 22 de mayo de 2011

Recién nacido - como siente el nacimiento


Cómo vive y siente el niño su nacimiento

Dice Marilyn Ferguson: «Los descubrimientos de los investigadores del cerebro y los de las disciplinas anexas están produciendo profundos cambios en las teorías científicas y en la sociedad. Ello produce reacciones en cadena en medicina, psiquiatría y pedagogía.

Las teorías sobre la naturaleza de la inteligencia están desquiciadas. Un maremoto arrastra a los científicos a experiencias que, hace apenas diez años, pasaban por maniobras de charlatanes: estados alterados de la conciencia, curaciones no ortodoxas, parapsicología...

»Cuando se hallan reunidos los descubrimientos de las diversas disciplinas, surge una imagen de las posibilidades y complejidades humanas que difiere de la idea que se suele tener del hombre, al igual que el sol es distinto de una bombilla eléc-(rica...
»A medida que se amplía el campo de la investigación, el número de fenómenos aumenta en progresión geométrica, obligando a revisiones continuas de las teorías existentes...»

Dado que los primeros meses de la vida dejan huellas indelebles en la personalidad del niño, algunos pensaron que el nacimiento podía marcar al inconsciente.

Esta idea no es nueva; la expuso por primera vez el psiquiatra vienes Otto Rank, en 1927, en su libro El trauma del nacimiento.
Desde hace unos veinte años, numerosos teóricos del campo de la psicología han atraído de nuevo la atención sobre la prueba, psicológica y físicamente terrible, que supone el nacimiento. Pero sólo podían enunciarse hipótesis con respecto al modo en que un recién nacido vivía y sufría la prueba del nacimiento.

De nuevo la psicoterapia y las investigaciones psíquicas modernas proporcionan la respuesta. Varios métodos psicoterapéu-ticos han permitido a sujetos experimentales —médicos, psicólogos, estudiantes o enfermos— remontarse en los recuerdos grabados en su inconsciente mucho más lejos de lo que habían permitido hasta ahora los métodos del psicoanálisis clásico. Esos sujetos han podido así realizar una experiencia prodigiosa: revivir su nacimiento..

Puede parecer increíble, pero la experiencia ha sido vivida y confirmada por millares de sujetos experimentales de distinta cultura, educación y formación, en fechas y lugares diferentes y con distintos métodos de psicoterapia.

Esta experiencia se describe en el libro de Leboyer citado: «... Puede parecer increíble. Y sin embargo es así. Aquellos que han revivido su nacimiento pueden dar testimonio de ello». Pienso que esta noción de un testimonio vivido arroja una nueva luz sobre las ideas de Leboyer.

La posibilidad de revivir escenas antiguas o muy antiguas supone que esas escenas están real y definitivamente grabadas en el cerebro. Hoy, esa realidad ha sido probada a nivel experimental y anatómico. En efecto, Marilyn Ferguson, en su obra La revolución del cerebro, dice: «...

La estimulación del lóbulo temporal del cerebro, directamente adyacente al rinencéfalo, produce un efecto típico de los ASC [altered state of consciousness, estados alterados de la conciencia]: incidentes del pasado [...] son revividos, casi como si pasara una banda magnética de video. W. Penfield, célebre neurocirujano, descubrió el fenómeno explorando ei cerebro de epilépticos, a fin de localizar con precisión la zona que provocaba la crisis. Pudo constatar que la exploración por medio de sonda electrónica de determinados puntos del lóbulo temporal desencadenaba una «segunda proyección» de acontecimientos pasados».

sábado, 21 de mayo de 2011

La Psiquis del Feto - Parte 2


El psiquismo del feto

De ese modo, la madre nutriría al niño no sólo con su vida y su sangre, sino asimismo con su experiencia psíquica por medio de sus sueños.

«Las pruebas se acumulan en vista del hecho de que el sistema nervioso del recién nacido da a su entorno respuestas de plena madurez. Durante muchos años, se creía que la piel de los lactantes carecía de reacción galvánica2 a los estímulos sensoriales; sin embargo, un investigador demostró que dicha reacción existía en niños de tres a once meses.

Más recientemente, un equipo de la universidad de Hawai ha constatado ese reflejo en niños de pocas horas de vida. Otro equipo ha demostrado que los recién nacidos reconocen olores. Un investigador de Leningrado ha probado que, tan sólo dos horas después de su nacimiento, el niño es capaz de orientarse por los ruidos. Otros científicos han establecido, de modo incontestable, que tanto en el caso del hombre como en el del animal el recién nacido experimenta el temor al vacío.»

Podría multiplicar las citas y los ejemplos página tras página a fin de demostrar lo que constituye en la actualidad una evidencia en el mundo científico: hasta hace pocos años, hemos subestimado vergonzosamente —por no decir ignorado del todo— las posibilidades del feto hacia el final del embarazo, y del recién nacido durante los primeros días de vida.

Tanto el feto como el recién nacido no sólo son capaces de sentir, no sólo son capaces de guardar de modo definitivo el recuerdo de las emociones recogidas antes, durante y después del nacimiento, sino que presentan además una potencialidad de maduración cerebral y sensorial que sólo espera desarrollarse en las horas y días que siguen al nacimiento.

En la última parte de esta obra, procederé a explicar los importantes y recientes descubrimientos llevados a cabo en el dominio del precoz desarrollo intelectual y psíquico del niño. Mostraré cómo esos descubrimientos vuelven a cuestionar las teorías oficialmente establecidas y arrojan una nueva luz sobre la relación madre-hijo —lo que yo denomino el «maternaje»—, en relación con los trabajos de etnólogos y zoólogos.

Por el momento, quisiera sobre todo hacerte comprender que las posibilidades reales del cerebro y de los sentidos del feto y del recién nacido son muy superiores a lo que se creía, y pueden ser mejoradas. En efecto, es cierto que el ser humano, al nacer, está dotado de posibilidades, de capacidades que por ahora siguen siendo mal conocidas u olvidadas.

jueves, 19 de mayo de 2011

El Nacimiento - posibles traumas


El niño puede sentir de modo dramático el trauma del nacimiento

A lo largo de estas páginas he tratado de hacerte comprender dos realidades fundamentales:

el feto al final del embarazo —al igual que el recién nacido— es sin duda un ser humano, capaz de realizar una actividad psíquica, motora y sensorial extremadamente intensa, de la que apenas se empiezan a sospechar la importancia y las posibilidades;

— el nacimiento no supone pues el comienzo de la vida, sino tan sólo un paso brutal de un mundo conocido, mullido y protector a otro desconocido, hostil y agresivo;

— este paso brutal puede ser vivido de un modo dramático por el niño, mereciendo entonces el calificativo de trauma del nacimiento. En nuestros días, el carácter psicológicamente traumático de ciertos nacimientos ha sido atestiguado de modo definitivo por pruebas científicas objetivas (las posibilidades que tiene el niño de ser afectado) y por testimonios subjetivos, que veremos más adelante.

Aun en el caso de que el parto en sí no sea forzosamente sentido por el niño como algo traumático (muchos niños parecen dormir cuando sacan la cabeza de la vagina materna), parece que el primer contacto con el mundo exterior (inhalación de aire, manipulaciones del médico) es siempre percibido de modo desagradable; el hecho es que todos los niños gritan desde que salen, y parece ya insostenible la teoría de que se trata de gritos de alegría.

Todas estas nociones que, en el curso de los últimos años, han cambiado de arriba abajo las ideas preconcebidas —o, más exactamente, la falta total de ideas— de la ciencia oficial, desembocan de modo ineludible en un imperativo evidente: es preciso dulcificar las condiciones del nacimiento, es preciso humanizar el nacimiento.

martes, 17 de mayo de 2011

La Psiquis del Feto - Parte 1


El psiquismo del feto

Es interesante destacar que esa experiencia sensorial desemboca en reflexiones concernientes al psiquismo del feto. Si el feto es capaz de compartir un estado de relajación y de bienestar experimentado por su madre, ¿no podría compartir asimismo —y por lo tanto sufrir— ciertas angustias o estados de tensión que pueden asaltar a la mujer encinta?

El paraíso, la quietud perfecta de la vida intrauterina podría ser turbada no sólo por una enfermedad de la madre o un problema del embarazo, sino también por el estado psíquico de aquélla. La sabiduría popular ha sabido desde siempre que una madre angustiada podía influir sobre el niño que llevaba en su interior, y dar a luz un niño angustiado.

Numerosos médicos y psiquiatras comparten hoy esa opinión. mado mediante una impresionante experiencia, que el feto sufre —incluso en el interior del útero— las emociones sentidas por su madre, las cuales le son transmitidas por un mecanismo todavía poco conocido. Cada mañana, al llegar a su laboratorio, el investigador golpeaba a un grupo de ratas encinta y acariciaba a otro. Después del nacimiento, constató que los hijos de las madres golpeadas eran hipotróficos, diarreicos, se movían mucho y se convulsionaban al menor ruido, mientras que los del otro grupo no manifestaban nada semejante.

Dado que el feto es sensible a las alteraciones psicológicas y fisiológicas que pueden afectar a la madre, se comprende la necesidad de que el embarazo se desarrolle en el clima más favorable posible, tanto en el plano físico como en el mental.
La receptividad del psiquismo del feto en relación con el psiquismo de la madre es tanto más importante cuanto que se efectúa incluso durante el sueño.

Debemos a la doctora Olga Petre Quadens las investigaciones sobre el sueño del feto. Esta especialista del sueño fue ayudante del profesor Van Bogaert en Amberes, trabajó en París en la Salpé-triére y en la maternidad de Port-Royal, y sobre todo en Lyon con el profesor M. Jouvet, uno de los mejores especialistas mundiales sobre el sueño. Sus diversos trabajos, de resonancia internacional en la actualidad, han puesto de manifiesto la interacción existente entre los sueños de una madre y los del feto, así como el claro aumento de la frecuencia de los mismos en los últimos meses del embarazo.

Según esta investigadora, los sueños serían para la madre un medio de lograr que el niño saque provecho de su experiencia personal —vivida o heredada—, experiencia que sería almacenada por el feto en una especie de memoria intrauterina. El feto sería conectado directamente a los sueños de la madre, quizá por medio de «mensajes bioquímicos» elaborados bajo la influencia de las emociones que los sueños de la madre desencadenan en el psiquismo de ésta.

Así enfocado, el sueño representa para el feto una forma de construirse una «experiencia de defensa», de aprovechar la experiencia materna, incluso la experiencia colectiva. Según el profesor Bourguignon, «el recién nacido aprende a sentir en el interior del útero. El sueño desempeña un papel de dominio de la angustia».

domingo, 15 de mayo de 2011

Recién Nacido - sus reflejos


Los reflejos arcaicos del recién nacido

En número de cuatro, provienen del tiempo en que los homínidos, los primeros homo erectus, no eran todavía más que una especie de grandes monos que intentaban mantenerse sobre sus patas traseras.

Los tres primeros reflejos son reflejos de supervivencia, y sin duda han desempeñado un importante papel en la capacidad de la especie humana para superar los peligros que la acechaban por todas partes en el alba de la humanidad. Son los siguientes:

el reflejo de succión. Saber mamar desde el momento de nacer constituye para un mamífero una condición imperativa de supervivencia;

el reflejo de agarrarse, que encontramos todavía claramente en los monos superiores. Cualquier excitación de la palma de las manos o de la planta de los pies desencadena un intento de «asirse» con los pies o con las manos. Ese reflejo permitía a la cría del hombre sujetarse sólidamente a los cabellos o la piel de la madre —quizás a los pelos que la cubrían— en caso de peligro.

Basta con observar en el zoológico cómo los pequeños monos se enganchan a su madre cuando ésta se desplaza en su jaula para comprender a qué corresponde el reflejo de asirse;

el reflejo de Moro consiste en separar automática y vivamente los brazos cuando el bebé siente la impresión de caer hacia atrás. Se trata de un reflejo orientado a atenuar el efecto de la caída. Es ese movimiento el que está en la base de la amortiguación de la caída en el judo y en la mayor parte de las artes marciales orientales;

en cuanto al cuarto reflejo arcaico, se trata de la marcha automática; el bebé sostenido por las axilas en posición vertical se pone a «andar» cuando sus pies tocan un plano horizontal. El significado ancestral de este reflejo es menos claro. Es evidente que indica con claridad que la cría del hombre era capaz de caminar en posición vertical, pero resulta difícil imaginar cuál era el valor, la importancia y la utilidad de ese reflejo hace un millón de años. Es interesante saber que un equipo de investigadores de Boston se ha interesado particularmente en ese reflejo de marcha.

Han demostrado que si dicho reflejo era apoyado por medio de ejercicios cotidianos, en varias semanas se convertía en una actividad aprendida, y permitía a esos niños andar mucho antes que un grupo de control. La naturaleza parece pues haber puesto a disposición del bebé una facultad que no es explotada por ignorancia.

Sea como fuere, los reflejos observados hoy en todos los recién nacidos son los lejanos vestigios llegados a nosotros —si bien muy atenuados—, reflejos vitales que han permitido a los bebés humanos sobrevivir en un medio hostil.

No siendo al parecer de ninguna utilidad para el bebé del siglo XX, dichos reflejos desaparecen espontáneamente en los meses que siguen al nacimiento. Pero hay mucho que reflexionar sobre ello, y las investigaciones del equipo de Boston nos muestran quizá que nos hemos apresurado a pronunciar la sentencia «carente de interés»... No resulta imposible imaginar que, en cinco, diez o veinte años, surgirá una interpretación más ceñida a la verdad, la cual permitirá una utilización de esos reflejos más próxima a su verdadera significación.